El pasado viernes 25 de junio y cumpliendo como una de las necesidades manifiestas, por los jóvenes del Consejo Asesor de la SEREMI de Salud, cerca de una veintena de líderes juveniles, se sumaron al II Conversatorio Salud Joven del año 2021, que esta vez abordó el “Miedo como oportunidad”, siempre en el contexto de pandemia.
Desde tips, para calmar la ansiedad ocasionada por el reconocimiento de la nueva realidad, relacionada con clases online, falta de contacto físico con los cercanos, hasta la resignificancia de la familia y los vínculos, fueron tratados en este conversatorio, que tenía por objetivo ahondar en el pensamiento juvenil, reconocer los cambios ocasionados por las características de la Pandemia y ver su poder de transformación, desde factor de riesgo a factor protector.
El Psicólogo y Psicoanalista Marco Alvarado Cárdenas, con un importante desarrollo en la Región respecto al trabajo clínico con Adolescentes y Jóvenes, como entre otras áreas, hizo un profundo análisis, que ejemplificó sobre la falta de miedo y la naturalidad de la infancia y las variaciones que van transformando la conducta, en las diversas etapas de la vida. En este punto y muy ajustado al contexto de la pandemia, los jóvenes aportaron al espacio teórico, sus propias vivencias, las que los/as identificaron como “apoyo permanente de los integrantes de sus familias y amigos” a la búsqueda personal de zonas de confort, como vía de autocontención emocional en época de crisis.
Al ser consultado por la importancia de abordar los miedos como oportunidad para la salud Mental, el profesional indicó: “Una de las cosas que la pandemia nos aportó, tiene que ver con que todos los planes, los proyectos, nuestras propias vidas, lo que nos iban deparando, en realidad, eran un castillo de arena. Las relaciones cambian, las vinculaciones cambian y todo lo tenemos que reelaborar. Creo que hoy en pandemia, es cuando tenemos que ver el miedo como una oportunidad, tiene que ver con volver a ser nosotros mismos, reinyectar esos sueños y esos deseos y darle una refocalización; dar esa oportunidad, escucharnos. El miedo como lo hablamos en la reunión, tiene mala prensa, porque la sociedad, el sistema se ha encargado de mostrar que en realidad, la persona que tiene miedo, es débil y todos tenemos miedo en algún momento, y eso no es debilidad, todo lo contrario, lo que tenemos que hacer en todo caso, es transformar eso, volver a nosotros y en ese volver a nosotros, también encontrarnos o reencontrarnos con esas zonas seguras, esas zonas de confianzas, esos cables a tierra, que puede ser una persona, un amigo, papá, mamá, puede ser un lugar, puede ser una profesión, en realidad es cualquier cosa, en la cual nosotros nos podemos sentir contenidos, apoyados y a partir de ahí, darle una vuelta a esa sintomatología, a esas sensaciones de angustia, a esa percepción de peligro, que en el fondo son luces que se están prendiendo en nosotros, que tenemos aprender a ver, leer y a transformar”.
Se dio cierre al conversatorio, con el último espacio de diálogo, relacionado con acciones para el autoconocimiento y la elección de zonas de confort o zonas de resguardo emocional que apunten a lo positivo, que permita un buen proceso de aprendizaje ante la crisis, recomendando poner “alerta” ante la elección de zonas de confort que estén acompañadas, especialmente de conductas ansiosas que den paso a las adicciones.