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CONGRESO FUTURO DE CHILE 2024

Amigos y amigas, en plena temporada estival, y como cada año desde el 2011, se efectuó esta semana el
Congreso Futuro, un evento organizado por el senado de la república, la fundación Encuentros del futuro, la asociación chilena de ciencias, y las universidades de Chile. Considerando el rol que juega el congreso nacional en nuestra democracia, la creación y organización de este gran encuentro dedicado a la ciencia y al conocimiento, es sin lugar a dudas, el mayor aporte que hace la política al pueblo de Chile. Es en este espacio donde cada año, y en forma gratuita, los habitantes de todo el país, pueden acceder a charlas impartidas por investigadores, expertos de las más variadas ramas de la ciencia, filósofos, historiadores. Hombres y mujeres de distintos países del mundo, que están explorando y ampliando las fronteras del conocimiento humano.
Para los más desafectados de la política, aquí tienen, un producto de la mejor calidad, y que es único en
Latinoamérica, creado y dirigido desde la cuna de la política chilena. Verdaderamente es un orgullo el ver las salas llenas de público, de las más variadas edades y orígenes, el Congreso futuro, ha sido esa instancia de encuentro de las que nuestra sociedad, está tan necesitada. Sería un ejercicio estéril, pretender sintetizar en este espacio, la magnitud del encuentro de este año, con más de un centenar de expositores y cientos de miles de asistentes, presenciales y virtuales. Seguro que lo que todos queríamos saber, es hasta donde llegará el avance de la IA. Para nuestra tranquilidad, y a juicio de los expertos y expertas, no se ve cercano el riesgo de que veamos un Terminator, aniquilando sus objetivos en nuestro barrio. De hecho, se recordaba que hace 40 años, en 1984, fue el estreno de la icónica película interpretada por Arnold Shwarzenegger, y ese mismo año se lanzó al mercado el PC Macintosh 128 K, primer ordenador personal, que usaba una interfaz gráfica de usuario, y un mouse en vez de comandos de teclado. Incluso los dispositivos más avanzados de IA generativa, del tipo que conocemos en ChatGPT, están muy lejos de adquirir “consciencia de sí mismos”, como sucedía en la película con el sistema Skynet. La IA es una herramienta, un medio, y de la forma en que esta herramienta sea usada, dependerá si contribuye o no al bienestar humano. Al menos, en lo que reportaron los expositores de Congreso futuro, actualmente, la IA presta un enorme servicio, en el procesamiento de enormes cantidades de datos, que de otra forma tardaría más tiempo. Por otro lado, el uso de la IA, con dispositivos de realidad virtual, brindan hoy experiencias inmersivas, que sorprenden y asombran. Otros expertos nos advierten de los alcances éticos de ciertos programas, como un servicio que se ofrece en Japón, que permite a
las personas “re encontrarse” con seres queridos ya muertos. Básicamente la persona con un anteojos,
audífonos y guantes de realidad virtual, tiene un “encuentro”, con un avatar de su ser querido difunto, con el cual puede conversar, y “tocarlo”. Una experiencia, estremecedora, inquietante, que alerta sobre los riesgos de la manipulación de las emociones, de las vulnerabilidades que todos tenemos. Otra compañía ofrece una asistente virtual, similar a Siri, pero con una imagen holográfica, que puede acompañar al usuario, allí donde lleve el dispositivo. En el video que todos pueden ver, en la exposición de la doctora Laurence Devilliers, sale un joven que es despertado por esta asistente virtual, la que además controla los dispositivos electrónicos de su departamento, por lo que prepara el café, y sintoniza su programa de radio o su música favorita. Como tiene acceso a la web, le recomienda antes de salir, que lleve paraguas. El joven se va a su trabajo, “conversando” con su asistente virtual, la que lo acompaña toda la jornada a través de su celular. Al salir de la oficina, comprueba que efectivamente se puso a llover, y recuerda agradecido el consejo de su asistente. Al llegar a casa, la asistente lo espera con las luces encendidas.
Se puede comprender, que la tecnología en sí, no representa un riesgo per se, sino más bien, depende de
la forma de vida, de la cultura. Es probable, que al ver el video que comentaba, tengan la misma sensación de soledad, que tuve yo. Y esa es una consecuencia de la vida moderna, de la forma en que nos
relacionamos. Otro experto, el periodista francés Bruno Patiño, advierte de los efectos de la dependencia a las pantallas. ¿Se han dado cuenta, de la cantidad de horas que permanecemos mirando la pantalla del celular?, tres, cuatro o más horas por día dedicados a observar el Smart phone. Si dedicáramos ese tiempo a practicar un instrumento musical, en un año, estaríamos dando conciertos. Pero la forma en que
funciona la sociedad de consumo, en la que estamos inmersos, nos lleva irresistiblemente a eso. Pero ahí
surge un tema del que ya advertía en el Congreso futuro del año pasado, la socióloga estadounidense
Shoshana Zuboff, autora del libro “EL capitalismo de la vigilancia”. Nuestro comportamiento cotidiano en
las redes sociales, y en todo espacio virtual, tanto cuando hacemos compras en la web, leemos noticias,
vemos programas, o bajamos música, es “la materia prima gratuita del capitalismo de la vigilancia”. Bruno
Patiño, es tributario de la tesis de la profesora Zuboff, en cuanto a que advierte, que los datos de las
personas, son el producto que las compañías comercializan. En la mayoría de los casos, sin nuestro
conocimiento, ni autorización. Incluso puede ser, que nosotros mismos autoricemos tales
comportamientos intrusivos, ya que casi nadie lee, las condiciones de uso, de las aplicaciones gratuitas, o
los motores de búsqueda. Simplemente se descargan y se empiezan a usar, con la vana ilusión de estar
disfrutando de algo gratuito. El propósito del uso de nuestros datos, es para ser empleada en procesos de IA, para generar productos predictivos que prevén lo que haremos en cualquiera etapa de nuestras vidas.
El uso de los datos, a través de algoritmos predictivos, se aprecia en que nuestros dispositivos electrónicos, están permanentemente mostrándonos ofertas de productos o servicios similares, y los motores de búsqueda de las redes sociales, nos entregan siempre recomendaciones de personas o grupos con un perfil similar al nuestro. Lo que redunda, en la conformación de segmentos de clientes o usuarios, funcionales a las compañías que venden u ofrecen productos, sean estos comerciales, sociales o
electorales. El periodista Bruno Patiño, advierte del riesgo de la polarización en la discusión política, dada
la conformación de estas audiencias virtuales uniformes, ajenas a la diversidad y variedad presentes en la
sociedad real. A su turno el filósofo español Daniel Innerarity, señala que el mal uso o la
instrumentalización de los avances tecnológicos, para difundir discursos de odio, o discursos populistas, si
bien pueden producir éxitos coyunturales, no constituyen un real riesgo para la democracia. Nuestra
propia realidad diversa y controvertida, es lo que protege la democracia, nuestra diversidad de opiniones,
y nuestra permanente confrontación dialéctica, en busca de nuevas soluciones, es ajena a los criterios de
exactitud y predictibilidad de un logaritmo. Lo anterior ratifica que hoy más que nunca, quienes luchan por el progreso humano, deben saber transmitir sus ideas y proyectos, no ya desde su posición de privilegio y poder, sino desde la posición de los que sufren y padecen los efectos de sus decisiones políticas.
Son muy esperanzadores los avances en ciencia médica, donde destaco la empresa chilena que creó el
Safem, un test que las mujeres pueden adquirir en formato de kit, y que sustituye al Papanicolaou. O los
avances alcanzados en la Universidad de O´Higgins, en la secuenciación del genoma de la población
chilena. En resumen, un notable aporte de la Política, al pueblo de Chile, el Congreso futuro, es lejos el
aporte más constructivo, y transversalmente valorado del Congreso nacional de la república.
Ernesto Sepúlveda Tornero