Con besitos y pasitos, cada uno de los niños avanza sobre su caballo. Sonríen, disfrutan y
comparten un momento especial en la semana. Los terapeutas los acompañan a un costado,
conversando y desarrollando en ellos distintas habilidades. Se trata de un taller de hipoterapia y
equitación adaptada impulsado por la Agrupación Patagonia Inclusiva, una de las 24
organizaciones que en 2022 recibió fondos concursables de ENAP Impulsa Magallanes.
Con edades que van desde los 2 años hasta los 15, en total son 23 los niños y jóvenes que se han
visto beneficiados con este programa integral, el que les permite desarrollar habilidades sociales,
psicológicas y físicas.
Los talleres se realizan en un ambiente totalmente natural, donde prima el contacto con la
naturaleza y las diversas sensaciones que genera el clima magallánico, con jornadas de sol, viento
o incluso lluvia, en el Centro Ecuestre Aires, de Punta Arenas. “Nosotros ya habíamos tenido
algunas sesiones con los niños de Patagonia Inclusiva y es súper importante la continuidad para
arraigar el proceso que ellos han tenido, las mejoras en distintos aspectos de su salud física y
mental”, señaló Carolina Gysling, del Centro Ecuestre Aires.
“Este es un proyecto que nos pone muy contentos, porque sabemos el impacto que tiene en los
niños. Aquí no solo estamos entregando aprendizaje y desarrollo, sino también seguridad y
fortaleza a cada uno de estos pequeños. Esa es la principal cualidad de los fondos concursables de
ENAP, porque responden a una necesidad puntual de la comunidad y hacen realidad proyectos
que lo único que buscan es mejorar la calidad de vida de las personas”, expresó Susana Calixto,
jefa(s) de comunidades ENAP Magallanes.
Con significativos avances en las distintas sesiones, los pequeños disfrutan de esta singular
experiencia junto a sus papás y mamás, quienes aplauden cada uno de los logros de sus hijos,
agradeciendo el apoyo de ENAP. “Es una terapia maravillosa. Alejandro es hipotónico, entonces le
tenía miedo, era súper blandito, y estas terapias le ayudan a su autonomía. Además, se hacen
amigos, aman a los animales, la terapia le ayuda mucho a ser más independiente, es maravilloso”,
expresó Fabiola Cuevas, mamá de Alejandro.
“El apoyo de ENAP es muy importante para poder concretar estas terapias. Hemos visto cómo
ellos han mejorado, han desarrollado sus habilidades en equilibrio, concentración, atención para
seguir instrucciones y algunos ya por sí solos guían los caballos. Así que muy contentos”, expresó
Gerson Reyes, de la Agrupación Patagonia Inclusiva.
Cada jornada es dirigida por un equipo multidisciplinario en el que participan fonoaudiólogos,
terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, educadores y asistentes. En una hora, con terapias
individuales y/o conjuntas, se les enseña a estos pequeños a conocer el lenguaje no verbal del
caballo, costumbres y la manera efectiva de dirigirlos y trabajar con ellos, ya sea en tierra o
montado. “Tenemos distintos tipos de terapias, dependiendo del nivel de autonomía que cada
niño logre sobre el caballo, porque lo principal es la seguridad. Entonces, el objetivo número uno,
es que estén seguros; y segundo, que lo pasen bien porque el aprendizaje es más significativo,
porque tiene que haber emoción y para eso tenemos a nuestro equipo de terapeutas que son muy
cariñosos y hábiles para trabajar con cada uno de ellos”, afirmó Gysling.
Cada taller culmina con un abrazo afectivo y honesto de los pequeños hacia sus caballos, dando las
gracias por el momento vivido y las lecciones aprendidas.