Amigos y amigas, la semana que nos dejó, vino llena de importantes noticias del exterior. Una nueva esperanza surge en España con el rotundo triunfo del líder del PSOE, Pedro Sánchez. Un político que desafió al establishment, recorriendo en una años la base militante. Así recuperó la conducción del partido, de la que había sido privado por acuerdos cupulares. En las elecciones generales del pasado domingo 28 de abril, su estrategia fue clara, salir a enfrentar a la derecha, para detener el avance de la ultra. En España la derecha tiene tres partidos de importancia, el Partido Popular, que ya fue gobierno con Pedro Aznar y Mariano Rajoy. Un sector mas moderado llamado “Ciudadanos”, y uno mas extremo llamado “Vox”.
Pese a las dificultades que tendrá Sánchez para formar gobierno, debido a que el PSOE no obtuvo la mayoría absoluta del parlamento, todo indica que tanto “Podemos”, partido variopinto similar al Frente Amplio, como los representantes de las regiones autónomas, podrían permitirle conseguir su objetivo.
El caso español es mirado con interés por la izquierda, ya que implica un giro en la política europea, y una esperanza para los partidos socialistas de América. De hecho el presidente del PS de Chile, acompañó a sus homólogos el día de la elección, para observar el proceso. Cuanto de eso puede replicarse en Chile o en cualquier otra parte, dependerá del camino que recorran nuestros líderes en el territorio. Porque básicamente, es la única lección que podrían aprender del caso español. Ponerse a tono con las necesidades concretas del hombre de a pie. En Chile, ya sabemos cuales son esas, Trabajo digno, salud como derecho social y pensiones administradas por un sistema de seguridad social público, lo que se traduce en no más AFP, y la creación de un sistema de seguro colectivo de salud, con un plan garantizado universal.
El periplo del presidente Piñera, por Asia, dejó más de agrás que de dulce. Nadie entendió la inclusión de sus hijos Sebastián y Cristóbal, como integrantes acreditados de la comitiva, junto a conspicuos empresarios, y políticos invitados. Las explicaciones fueron mas confusas y ocasionaron mas ruido aún. La primera “queremos estar con nuestra familia”, no muy entendible debido a que ambos hijos tienen más de 30 años. Un entusiasta diputado de la UDI, llegó a asimilar el caso, al de la primera ministra de Nueva Zelanda que ha llevado al trabajo, a su bebé, al que amamanta. Sin comentarios.
Otra explicación que se dio era que ellos, eran empresarios del rubro tecnológico, debido a que habían formado una empresa en esa área. Esto fue peor, la empresa había sido constituida hace menos de un mes, aparentemente cuando ya estaba elaborada la agenda presidencial, que incluía reuniones con las mayores empresas chinas del campo tecnológico. Por qué estos jóvenes tenían la oportunidad de reunirse con tan destacadas personalidades, cuando ni siquiera al ministro de Ciencia y Tecnología se incluyó en el viaje. Del mundo del emprendimiento, se alzaron voces de reconocidos empresarios, que labraron con esfuerzo sus compañías, y que ni en sueños se han imaginado un viaje en la comitiva presidencial.
Para colmo de males, desde Estados Unidos luna empresa líder en robótica, anunció demanda a los hijos presidenciales, debido a que la empresa inscrita por estos, practicamente lleva el mismo nombre de la connotada empresa norteamericana.
Durante su visita a China, el presidente dio luces de una nueva doctrina en materia de relaciones internacionales. Consultado acerca de la situación de los Derechos Humanos, la libertad, la democracia, señaló “Cada pueblo decide soberanamente su forma de gobierno”.
Sin embargo, de regreso en Chile, y para contrarrestar el saldo negativo de su viaje a Asia, desplegó nuevamente sus acciones en contra del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. No se ha explicado hasta ahora, como es que debemos considerar que el pueblo chino es soberano para darse su propio gobierno. Y en Venezuela aplicamos otro criterio.
También surgió la noticia de que la casa de veraneo que el presidente tiene en Caburga, no ha pagado contribuciones hace 30 años. Antes de entrar en explicaciones el círculo del mandatario, informó que pagaría a fines de este mes.
El tema de Venezuela es un tema recurrente en la agenda del presidente. Lamentablemente el exceso de entusiasmo y de protagonismo, le han jugado en contra. Primero en su aventura en Cúcuta, donde se suponía que practicamente serían recibidos como salvadores, y por el contrario, se vieron inmersos en una refriega confusa y violenta, que dejó la jornada con saldo negativo.
El último episodio, se produjo cuando el presidente de la cámara de diputados, Juan Guaidó, liberó de su arresto domiciliario a Leopoldo López, un líder opositor que cumplía condena en su casa. Ambos líderes opositores se dirigieron a los cuarteles militares con la esperanza de que las tropas abandonaran al régimen.
No sólo no ocurrió, sino que el paso en falso, del que se culpan recíprocamente la oposición venezolana y el departamento de estado norteamericano, aparentemente fortaleció la posición de Maduro. López se refugió ese mismo día, primero en la embajada de Chile, y luego por razones desconocidas, él y su esposa, se trasladaron a la e,baja de España.
Maduro, en tanto, se mostró en distintos regimientos rodeado de miles de soldados, que le declaraban su lealtad entre cánticos.
Los días posteriores, al frustrado golpe militar, Guaidó y López (este último desde su refugio en la embajada española), han llamado a la población a resistir, y a acudir a los cuarteles a pedir la intervención militar. Estos llamados no han surtido efecto, y la población presumiblemente, contraria a un enfrentamiento armado, no ha concurrido a los cuarteles, salvo grupos muy reducidos de activistas.
Tanto Juan Guaidó como el departamento de estado norteamericano, han insistido en que la opción de una intervención militar de Estados Unidos, sigue estando vigente. Para dejarlo mas claro aun, Juan Guaidó señaló que es el parlamento de cual es representante, quien debe autorizar el ingreso de tropas extranjeras al país.
Se daría entonces el sinsentido, de que un sector político que ha sido incapaz de aunar a las fuerzas opositoras, para obtener una transición pacífica, apele a la fuerza armada extranjera para que lo instale en el poder.
El conocido periodista y conductor de noticias Daniel Matamala, estuvo recientemente reporteando en Venezuela. Impacta la realidad social y económica que allá se vive. Nadie puede quedar inmune a esta realidad chocante. Matamala hace una analogía con la transición chilena, concluyendo que en Chile, la pudimos hacer gracias a los generales que se opusieron al autogolpe, la noche del 5 de octubre de 1988. Quiere decir, que los militares son el bastión que sostiene a Maduro.
Creo que Matamala es mezquino con el caso de Chile. Acá hubo un pueblo organizado, al fragor de muchos años de pequeños combates, que en el momento decisivo actuó unido para derrotar al dictador. No me gusta la política ficción, pero siguiendo el ejercicio que hace Matamala, si esa noche los mentados generales, hubiesen apoyado el autogolpe del dictador, Chile hubiese iniciado un espiral creciente de movilización, y muy presumiblemente hubiésemos pasado a enfrentamientos armados directos. Gracias a Dios eso no sucedió.
En el régimen chavista, del cual no soy partidario ni defensor, la posición ha podido incluso acudir a los cuarteles, llamando directamente al alzamiento militar. Eso en la dictadura chilena, era imposible. Nuestros héroes y mártires así lo prueban.
Las analogías de realidades muy diversas, hacen cometer estos errores, o despropósitos, Maduro no es Allende, ni tampoco Pinochet. El pueblo venezolano debe resolver sus problemas políticos, a través de medios legítimos dentro de sistema democrático. Por medios pacíficos. Esa es la forma de legitimarse, de aunar voluntades. En Chile a la primera oportunidad que tuvimos para votar, derrotamos al dictador y a su séquito de políticos de derecha. En Venezuela, deben prepararse para hacer eso mismo. Si las elecciones fueran el domingo quien ganaría?
Falta racionalidad política, no es con cuartelazos que se resuelven los problemas políticos, por mucho entusiasmo que tenga el Tío Sam, por instalar en Venezuela un gobierno afín.
Tengo varios amigos y amigas que migraron de Venezuela, y tienen una esperanza enorme en estos líderes, que han mostrado una conducción errática. Deseo fervientemente que encuentren un liderazgo realista y prudente, capaz de concitar el apoyo popular, y capaz de trazar un itinerario de transición creíble.
Como se puede apreciar , la situación de la hermana república de Venezuela es muy compleja, y requiere prudencia y mesura, en sus líderes. Con mayor razón, se requiere mesura, prudencia y racionalidad en la conducción de la política exterior de nuestro país. Chile no puede asumir un protagonismo, que no se condice con su rol histórico, y mucho menos, con la tradición de nuestras relaciones internacionales. No estamos en Chile ni para organizar golpes de estado ni para patrocinar dictaduras.
El presidente es heredero de una tradición instalada el año 1990, de seriedad y sobriedad en la conducción de las relaciones internacionales.
El presidente Piñera aun esta a tiempo de rectificar, Chile debe ser garante de paz y de democracia. Debe instalarse en un rol de mediador, no de activista en uno u otro sentido.
Es lo que los chilenos esperan, y es lo que nuestros hermanos de Venezuela necesitan.