Concluyó la semana pasada, con la decisión presidencial, de no vetar el proyecto de retiro del 10% de las AFP. En efecto, se suscribió el decreto promulgatorio y se espera que este lunes sea ingresado a Contraloría para su toma de razón. Esta misma semana, se espera que se publique, entrando en vigencia, la reforma constitucional que permitirá por única vez, efectuar un retiro en dinero de las cuentas de ahorro individual. Mas allá de las discusiones que se dieron, en el congreso y fuera de él, acerca de la conveniencia, o inconveniencia de aprobar esta reforma. En los hechos esto ya sucedió, y corresponde su presta y ágil implementación. Desde el Banco Central y desde la superintendencia de pensiones, se han impartido instrucciones a las AFP, en orden a facilitar el proceso. VAsimismo, el Banco Central adoptará medidas tendientes, a morigerar los efectos en el mercado, de la masiva venta de activos que deberán realizar las AFP. EL mercado ya asimiló la noticia, e incluso expertos del sector económico, anticipan efectos positivos, tanto en el PIB, como en la recaudación fiscal. En efecto se espera, que la multimillonaria transferencia de recursos desde las cuentas individuales, a las manos de los ahorrantes, produzca una disminución de hasta de 5 puntos en el PIB. Mejoramiento en indicadores del comercio, la banca y el sector inmobiliario. Encuestas recientes, revelan que el 80% de los ahorrantes destinarían, los recursos al pago de deudas, consumo y pago de créditos. Por otra parte, se estima que el fisco recaudaría unos 3 mil M$ USD, adicionales, sólo por concepto de IVA.
Lo que tenemos por delante, no se agota en la discusión ya superada sobre el retiro del 10%. Debe completarse el paquete de medidas de apoyo a las personas, y a los sectores medios, que se ha tramitado paralelamente en el congreso. Esto debe ir avanzando al mismo tiempo, que nuevas medidas de fomento a la actividad económica, y a la reactivación. No puede depender en el futuro de Chile, de lo que pueda extraerse de las arcas fiscales, ya bastante menguadas con los sucesivos paquetes de ayuda. Lo que las personas y las familias necesitan, es empleos estables, con ingresos suficientes para sustentarse. EL círculo virtuoso del emprendimiento, el empleo y los ingresos de las personas, se encuentra en millones de casos, interrumpido. Primero por la ola de destrucción y violencia, que asoló ciudades por todo Chile, como derivada del estallido social. Y luego por las medidas sanitarias derivadas de la pandemia, cuarentenas, barreras sanitarias, y, en resumen, interrupción de la cadena productiva.
La discusión pública, debiera centrarse en el aquí y en el ahora. Es ahora cuando, junto a mantener los más altos estándares sanitarios, debemos retomar con fuerza la marcha de la economía. Es la responsabilidad que tienen gobierno y oposición, no dejarse engañar por cantos de sirena, que ofrecen el oro y el moro, para la próxima elección. Los problemas de Chile no pueden esperar, a que otro inquilino se instale en La Moneda, y otros vengan a ocupar los curules parlamentarios. La responsabilidad, obliga a construir puentes, acercar posiciones, construir un gran acuerdo por el empleo y el crecimiento.
No tiene sentido de realidad, el esperar que un eventual proceso constituyente sea la solución o el resorte de todos los problemas. Es una discusión importante, que se tendrá en los plazos y con los procedimientos ya establecidos. En un proceso que en el evento que ganará el apruebo en octubre, nos tomaría al menos, los próximos tres años. Ergo, no soluciona ninguno de los temas que nos aquejan hoy. Quiéranlo o no, los políticos de los dos extremos, deberán interlocutar, conversar, discutir, y llegar a acuerdos. De lo contrario, significaría que un país modesto como el nuestro, estaría invirtiendo cifras del primer mundo, para mantener una clase dirigente, que se niega a asumir su rol.
Los pobres no pueden esperar, tampoco la clase media, el país entero no puede esperar. Cientos de personas se alimentan hoy día, en ollas comunes, o comedores solidarios, sólo en Punta Arenas. Esto se reproduce por todas partes. Las cajas de alimentos que entrega el gobierno, se unen a cajas de alimentos autogestionadas por las Juntas de vecinos, los canales de TV locales, por la Iglesia Católica, y por estudiantes universitarios. Vivimos en Magallanes, uno de los inviernos más gélidos en décadas. Comunas rurales como Laguna Blanca, con estanques de agua congelada, cañerías de agua de las casas congeladas. Con cortes de energía eléctrica e internet. Sin calefacción, no se puede vivir en el austro, la leña y el carbón son un recurso precioso cuando no se cuenta con gas, para sustentar la vida.
Estos temas, de la realidad cotidiana, que a alguien puede parecer pedestre, es el día a día de muchos hogares. Con qué cara, se le puede hablar a estas personas, de filosofía política, de derechos sociales, de reformas. Si no hemos sido capaces como sociedad de responder, con solidaridad, con cariño, con cuidados. Hay una reserva moral muy valiosa en el mas humilde, en el que hoy padece carencias y postergaciones. Una actitud de sensatez, de dignidad, de fraternidad, que quienes hemos estado en las elites económicas, sociales, o políticas debemos recuperar.
Estoy convencido de que en la medida que mas y mas personas, adquiramos consciencia de la necesidad de una transformación interior, de un cambio en nosotros mismos, vamos a poder acometer cualquier cambio o transformación superior. Por acá estamos colaborando en aunar voluntades, en tender puentes entre sectores diversos. Proponiendo ideas, colaborando en la implementación de soluciones innovadora, realizando acciones prácticas, concretas, en relaciones uno a uno, con personas de carne y hueso.
Así es como yo creo, que vamos a salir de esta prueba vital, de esta prueba histórica. Estoy lleno de esperanzas y optimismo, porque cada día encuentro, más hombres y mujeres que están en la misma.
Ernesto Sepúlveda Tornero