El florecimiento del comercio fue provocando el engrandecimiento de las ciudades y la prosperidad económica para algunos de sus habitantes.
Se instalaron las primeras universidades para los hijos de los más pudientes.
Ya no giraba todo en torno al señor feudal. Además, el trato que recibía el campesino no era el mejor, por lo que éste prefería irse a la ciudad y cambiar de oficio.
Lo que no cambia es su desmejorada situación.
Se inicia la instalación de talleres, pero la gente que trabajaba en ellos recibe salarios miserables y muchos deben trabajar por casa y comida.
Se vive en condiciones inhumanas pues se desconocen las mínimas reglas de higiene.
Los comerciantes comienzan a reclamar ante las excesivas exigencias de los reyes y señores poderosos que les limitan en su acción (deben pagar muchos tributos e impuestos).
Los maestros se niegan a socializar sus oficios y aumentan las trabas para que los oficiales asciendan y estos desarrollan acciones reivindicativas