Nelson Guenel Nancul, de 64 años, recuerda las dificultades de crecer en la geografía insular de Picton, especialmente cuando, en pleno conflicto por la zona, su familia enfrentó amenazas de desalojo. “Mis padres dijeron que no nos iríamos. ‘Si nos toca morir, será en cualquier parte’”, rememora.
A pesar de las adversidades, la familia Guenel Nancul prosperó allí, dedicándose a la ganadería y al cultivo de lechugas, acelgas, cilantro, zanahorias y papas. Gracias a un sistema de riego natural proporcionado por las lluvias constantes, Nelson recuerda su infancia como un “verdadero milagro” agrícola. “Muchos de los colonos venían de Chiloé y lograban buenos cultivos al aire libre. Las papas eran excelentes y se guardaban para todo el año. La acelga, zanahoria y lechuga también crecían bien. De ahí viene mi amor por la tierra”, comparte.
Históricamente, los yaganes llamaban a la isla “Shukaku”, que significa “isla de pastos”. Más tarde, los navegantes ingleses Parker King y Fitz Roy la bautizaron como Picton, en honor al militar británico Thomas Picton, caído en la batalla de Waterloo en 1815.
Hoy, Nelson quiere contribuir al desarrollo de la comuna de Cabo de Hornos con la cría de gallinas. Planea comenzar con 100 y llegar a 200, produciendo tanto huevos como pollos. “El gallinero es parte de un sistema familiar mayor que incluye verduras y carne asada. También pienso cercar el área para proteger a las gallinas del visón, un depredador frecuente. Es importante que no estén estresadas y puedan moverse libremente”, explicó Nelson.
Desde Puerto Williams, la Seremi de Agricultura, Irene Ramírez, destacó la colaboración de servicios como INDAP, SAG, e INIA y del programa PRODESAL. «Estamos entregando nueva infraestructura a un productor local, lo que es fundamental para fortalecer la seguridad alimentaria en la provincia Antártica», señaló. La Seremi subrayó que los servicios del agro están proporcionando orientación para la incorporación de las gallinas, siguiendo las normas del Servicio Agrícola y Ganadero, y mencionó los seguros avícolas disponibles para proteger a las aves.
Manuel Ulloa, encargado del Programa de Desarrollo Local Cabo de Hornos, explicó que el gallinero de 24 metros cuadrados puede albergar hasta 100 aves y extenderse incluso hasta 200. «El costo ha aumentado debido a la dificultad de conseguir materiales en Puerto Williams y la mano de obra necesaria. Esta estructura protegerá a las aves de depredadores y fuertes nevadas”, precisó.
En tanto, el director regional de Indap, Gabriel Zegers resaltó el impacto positivo del proyecto en el desarrollo económico y social de la región. “La producción de huevos es clave para la soberanía alimentaria. Este proyecto es un ejemplo de sostenibilidad que beneficia tanto a la comunidad como a la economía local”. Celebró el compromiso de Nelson y expresó su esperanza de que las gallinas produzcan huevos sanos y de calidad para los habitantes de la región.
Finalmente, la directora regional de SAG Magallanes, Paula Quiero León, destacó la colaboración público-privada que hizo posible esta iniciativa y exhortó a quienes desarrollan actividades agropecuarias a trabajar con estándares sanitarios para prevenir y controlar enfermedades que puedan afectar la producción. Resaltó la importancia del control sanitario en nuevas iniciativas de agricultura menor en Puerto Williams, como la producción de aves y huevos, y señaló que el SAG cuenta con herramientas para monitorear enfermedades como la Influenza Aviar, con el objetivo de proteger esta zona extrema.