Como parece haber consenso en los líderes americanos de que al gobierno de Nicolás Maduro le queda poca cuerda, ya han surgido voces de qué se va a hacer cuando el presidente venezolano caiga.
Un entusiasta nacionalista criollo ha declarado a los medios de comunicación que lo que Venezuela tiene que hacer es copiar la transición chilena.
¿En qué consiste la transición chilena? En desarmar los andamios o tinglados (véase el diccionario) de la dictadura “en la medida de lo posible”, como la definió el presidente Patricio Aylwin. O en maquillar un poco el tinglado, como lo hizo el presidente Ricardo Lagos.
Lo explica un político: “esto de deshacer todo no es prudente, hay que analizar caso a caso.” Por eso es que aunque la Concertación pre gobierno de Aylwin se mostró escandalizada con las privatizaciones de la dictadura, una vez en el gobierno continuó privatizando, aunque no fuera necesario. Ejemplo, el agua en Magallanes.
Por otra parte, la transición nacional significa terminar con los odios. Por eso mismo, se entiende que medios periodísticos que se enfrentaron a la dictadura, ya no tienen razón de ser, ya no hay que ser tan rebeldes ni tan críticos.
La cosa es que la transición a la chilena ha funcionado tan perfectamente que son muchas las herencias de la dictadura que siguen vigentes, esperando un tiempo prudente para cambiar las cosas.
La duda es si la transición chilensis, el paso de una dictadura de derecha a un conglomerado “progresista”, funcionará a la inversa, es decir, de una dictadura de izquierda a un sistema no tan progresista.