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A CUMPLIR

Contra el pronóstico de agoreros analistas, que daban por muy ajustada la diferencia, entre los Boric y Kast. Finalmente, la elección se resolvió con absoluta claridad en favor del joven diputado magallánico. De nada sirvió el desenfadado apoyo del gobierno de Piñera y todo su gabinete, no bastó el apoyo de una prensa servil, y medios incondicionales. La verdad se impuso, y la ciudadanía, haciendo gala de una responsabilidad y sabiduría singulares, rechazó categóricamente, la candidatura de ultra derecha. El proyecto neo conservador, la restauración conservadora, fue derrotada por una diferencia, muy cercana al millón de votos. No fueron 50 mil votos de diferencia, como había anticipado Kast. Y las amenazas de objeciones masivas de votos, y denuncias de fraude electoral quedaron en lo que eran, meras bravatas sin sustento. En las regiones del centro y norte del país, los votantes debieron resistir temperaturas superiores a los 35 grados. Con serios problemas de transporte, por la escasa frecuencia de buses, en relación al volumen de personas en los paraderos. Como un modo de paliar en parte, esta aparente falla, del sistema, algunos alcaldes metropolitanos, dispusieron de buses municipales, para acercar a los electores, a lugares de votación. Finalmente, la voluntad de un pueblo entero, no se pudo detener con zancadillas. Gabriel Boric, el joven diputado de Magallanes obtuvo más de cuatro millones seiscientos mil votos, con un porcentaje del 55,87% de los votos. Su rival José Kast, sólo obtuvo en 44%. Cifra esta última muy similar, al 43% que obtuvo el dictador, en el plebiscito de 1988. Finalmente, todo condujo a que esta elección, se transformase, en una versión remasterizada del plebiscito aquel. Gabriel Boric, se convirtió en el presidente que obtuvo la mayor votación en números absolutos y en el presidente más joven que haya asumido jamás en nuestra república.

Por delante se traza un camino, lleno de sinuosidades y de curvas, no será un camino fácil para el gobierno de Boric, desde marzo en adelante. La rebaja del gasto fiscal, ya incorporada en el presupuesto de la nación, con un 22,5 %. El magro crecimiento económico proyectado por el Banco central, de sólo 2% para el 2022, y una cifra cercana al 3% para el 2023, hacen que la perspectiva del futuro gobierno, sea más bien moderada. Un desafiante programa destinado a garantizar derechos sociales, parece chocar desde ya, con un escenario de frenazo en la actividad económica. Lo central de la conducción económica, de controlar las variables macro económicas, y mantener a raya la inflación, son compromisos asumidos con una actitud muy responsable, por el futuro presidente.

El gobierno de Gabriel Boric, va a convivir con un parlamento, que se encuentra virtualmente empatado. Especialmente en el senado, el llevar adelante la agenda legislativa, que le dará viabilidad a su programa de gobierno, va a requerir el establecimiento, de una política de diálogo, de entendimiento. Lo destacó desde su primer discurso como presidente electo, demostrando lo mucho que ha ido matizando sus posturas, y cómo ha ido incorporando una importante cuota de realismo.

Los gestos que Boric hizo a las figuras presidenciales Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, durante la campaña, hablan más que mil palabras. Es una mirada que revaloriza, a estos verdaderos estandartes, del proceso de recuperación democrática. Es un acercamiento estratégico, pero también, es el reconocimiento de “estar subido en hombros de gigantes”. Es un legado político, otrora despreciado, y hoy recalificado, como necesario, para poder llevar adelante un programa de gobierno transformador.  La reactivación económica, y recuperación del empleo, son centrales ahora, en el remasterizado programa de Boric. Mantener la inflación a raya, y a la vez poder seguir reduciendo el déficit fiscal. Será clave la decisión de nombramiento en el equipo económico. No se descarta, que sea en esta área, en la que el presidente electo Boric, incorpore alguna de las figuras de la centro izquierda.  Este sector abunda en economistas de fuste, y varios han participado ya en los equipos programáticos de Boric. Por lo que no sería para nada raro, que se nombre a alguno (a) de estos, en Hacienda o economía.

La presión para que el presidente Boric, cumpla su programa, van a ser intensas y desde antes del día uno. Es la hora de la verdad. Pero también es la hora de la innovación y de la creatividad. Existe hoy una estructura de gobiernos regionales, nunca antes vista. Con gobernaciones regionales en las 16 regiones, con una misión descentralizadora, que puede ser una enorme oportunidad para el nuevo gobierno. Si creemos lo que ha dicho varias veces, Gabriel Boric, su gobierno va a eliminar la figura de los delegados presidenciales. Traspasando mayores atribuciones y facultades a los actuales gobernadores regionales. Esta perspectiva abre una posibilidad cierta, de llegar más directamente a la población más vulnerable, y también a los emprendedores, a los desarrolladores, a los innovadores. Las expectativas generadas en la población, por la campaña de primera y segunda vuelta, son enormes. Algunas sobredimensionadas. Así y todo, a partir de marzo, llega el momento de cumplir los compromisos. La forma en que se va a dar cumplimiento a los mismos, va a ser clave, en la estabilidad social del futuro gobierno. Más aun con la estructura política dispersa, que se consolida en el parlamento. Lo dice el propio Boric, en su discurso de celebración, la existencia de una dispersión de fuerzas políticas, pertenecientes a más de una alianza o pacto, obligará a dialogar, a conversar. Esa vieja y vilipendiada, práctica, de ver la política no como un juego de suma cero, donde te llevas todo o no te llevas nada. En el nuevo gobierno, el dialogo, se implementará tanto en la relación con el parlamento, como en la relación con los gobernadores regionales. Es aquí en el territorio, donde se juega parte importante del éxito político del gobierno de Gabriel Boric, y él como el primer presidente magallánico, honrará su palabra traspasando nuevas facultades a los gobernadores, y eliminando la centralista figura del delegado presidencial.

La noche del 19 de diciembre, Chile entero, se acostó con sueños de justicia social, con anhelos de grandeza, de libertad y de dignidad. Amanece hoy, con la tranquilidad de haber dado un paso importante, y de que vendrán muchos otros. El Chile que viene, es de encuentro, de reconciliación, nadie sobra en este camino, que será largo y pedregoso. Pero una vez más, será más fácil si entramos en esta nueva senda, como la gran familia que somos, todos juntos.

Ernesto Sepúlveda Tornero