Luis Emilio Recabarren fue un hombre que trabajó y vivió en un tiempo particularmente especial. El tiempo en que los trabajadores del país, pese a ser hombres libres, eran tratados como esclavos, no recibían en algunos oficios pago en dinero por sus servicios y trabajaban muchas horas cada día, debiendo entregar a la voracidad del capital a sus hijos, quienes desde muy pequeños eran preparados como relevos, para que no disminuyera la fuerza de trabajo que requería el patrón para mantener y acrecentar sus ganancias.
De hecho, Recabarren desde los 14 años comenzó a trabajar en una imprenta como aprendiz de cajista, y aunque no hay mucha literatura sobre su aprendizaje y posterior desarrollo en el oficio, es obvio que tuvo la capacidad de asimilar toda la experiencia y ponerla al servicio de sus ideas, ya que dirigió y trabajó activamente en la preparación, impresión y distribución de periódicos obreros que llevaron ideas y propuestas a muchas partes del país que luego recorrió una y otra vez para profundizar sus ideas.
10.- Fue un internacionalista para quien las luchas de los trabajadores del mundo eran una sola.
Pese a sus limitaciones económicas y laborales participó en organizaciones sindicales y políticas, principalmente en Argentina y visitó algunos países de Europa conociendo de primera fuente las experiencias que en algunos países se desarrollaban, llegando incluso a estar en la naciente Unión Soviética, sobre la que relató en sus escritos las experiencias vividas, admirando profundamente el accionar de los trabajadores y sus organizaciones dentro del naciente Estado.
Fue hijo, esposo y padre y aunque poco o nada se sabe sobre su vida personal, sabemos que nació el 6 de julio de 1876, en Valparaíso.
Hijo de José Agustín Recabarren y Juana Rosa Serrano, tuvo 5 hermanas y un hermano. A los 18 años se casó con Guadalupe del Canto con quien tuvo dos hijos: Luis (1896) y Armando (1897), quien falleció en su primer año de vida.
En 1914 se casó con Teresa Flores, obrera del norte de Chile con quien compartió la actividad política y dejó claro que en esta labor el hombre y la mujer tenían iguales compromisos y responsabilidades.
Hombre rígido en muchas cuestiones de la vida social y laboral, convencido absolutamente de que si los trabajadores no cambian su forma de ser y dejan de lado aquellas cosas que les corrompen, no lograran resultados positivos y permanentes en sus luchas.