Los parlamentarios calificaron de “histórica” la reunión que efectuaron en noviembre pasado, y en la que acordaron que aceptaban la demanda ciudadana de hacer un plebiscito para cambiar la Constitución heredada de Pinochet y enchulada por el presidente Lagos.
Pero lo histórico no fue que se hubieran puesto de acuerdo, desde la derecha hasta la izquierda, para aprobar algo. Lo han hecho muchas veces antes, especialmente cuando ha habido que aprobar algunos gastitos de los honorables, como celulares, automóviles y pagarse por ir a reuniones.
Lo histórico fue que se asustaron con la rebelión popular que comenzó el 18 de octubre y que pensaron que duraría un par de días.
Pero pasados ya meses, parece que se les pasó el susto.
Aparte de que el Gobierno, y sus partidos oficialistas y algunos parlamentarios de la oposición, pensaron que lo mejor para terminar con la protesta ciudadana no es dar a los ciudadanos lo que piden, sino dictar leyes para que, por ejemplo, sin necesidad de estado de emergencia los militares puedan salir de sus cuarteles a proteger “infraestructura crítica”, que no se sabe qué es; o crear el delito de usar capuchas o dictar leyes sobre el derecho a reunión, aparte de eso, ya no hay el mismo apoyo de la reunión histórica a un cambio constitucional.
Desde la extrema derecha se hicieron declaraciones significativas, aquella de que “no están las condiciones para llevar adelante el plebiscito”. La UDI, hace unos días, formalizó su postura institucional de “rechazo” a una nueva Constitución en la consulta del 26 de abril.
La presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, declaró, en una entrevista publicada por La Tercera, que “Con estos niveles de violencia que hemos visto hoy día, una nueva Constitución tiene cero legitimidad.”
A la posición de este partido se han sumado varios parlamentarios de Renovación Nacional, que están muy conforme con la Constitución que dejó el dictador.
Si alguien tuvo alguna duda, el viernes 10 de enero, en el consejo de la UDI efectuado en un centro de eventos, con presencia de 500 militantes de ese partido, la senadora Van Rysselberghe, en un discurso casi 30 minutos, dijo que además de defender las ideas de la derecha, tampoco se van a dejar llevar por arrebatos populistas “mucho menos en el contexto actual, donde hoy día ni siquiera están dadas las condiciones mínimas para llevar adelante el plebiscito de abril”.