Desde los principales gremios que componen el bloque sindical de Unidad Social han destacado la capacidad de coordinación que han logrado mantener pese a la crisis política y social que enfrenta el país desde hace tres meses. Esto -dicen- pese a los constantes intentos de los grandes conglomerados por dividirlos. No obstante, dentro del Unidad Social conviven distintas posturas que, en el último tiempo, han visto enfrentadas a las diversas organizaciones que la componen.
Todo comenzó el 28 de octubre cuando el bloque presentó el denominado “Pliego de los Trabajadores y Trabajadoras de Chile”, un documento con diez propuestas que tenían que ver principalmente con materias sindicales y que los dirigentes de los gremios como la ANEF, la CUT y el Colegio de Profesores llevaron directamente a La Moneda el 7 de noviembre.
Esto desató las críticas de algunas organizaciones que vieron en esta acción un desconocimiento del contenido general del estallido social y de los diversos contenidos programáticos de los distintos movimientos que componían el espacio. Fue al día siguiente que se produjo la primera salida. Argumentando que “debe ser el pueblo el protagonista y constructor de su propia historia”, una de las agrupaciones más dinámicas del espacio decidió abandonarlo: la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).
No obstante, el mayor hito ocurrió semanas después, cuando el 28 de noviembre llegaron hasta el Palacio de Gobierno los dirigentes de la Mesa de Unidad Social a reunirse con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel. Fueron seis organizaciones del bloque sindical las que decidieron restarse, generando un quiebre entre aquellos que consideraron que ya era la hora del diálogo y los que creían que no era el momento de sentarse con quien apuntaban como uno de los responsables de los graves atropellos a los derechos humanos ocurridos en el contexto de las manifestaciones.
De este último grupo, la CONFUSAM fue la principal protagonista al criticar públicamente, a través de sus dirigentes, la decisión del resto del bloque sindical, acusando un excesivo personalismo por parte de sus dirigentes y un afán de “figurar” en una fotografía que terminaría siendo, según afirmaron, perjudicial para el conglomerado. Así también, organizaciones como el Movimiento por el Agua y el Territorio (MAT) y la Coordinadora Feminista 8 de Marzo criticaron a sus pares que asistieron a la cita con Blumel por validar, a través de la negociación, al Gobierno como interlocutor y sin haber consultado previamente al resto de las agrupaciones.
Así lo manifestó, en conversación con este medio, Javier Zúñiga, representante del Movimiento por el Agua y el Territorio en el espacio de Unidad Social, quien criticó la falta de democracia que ha generado el excesivo protagonismo del Bloque Sindical.
“La ausencia de democracia y además la escasa voluntad de poder definir mecanismos que nos permitan deliberar y procesar las diferencias internas, han sido la tónica hasta ahora“, lamentó el representante del MAT en el conglomerado.
“Muchos pensamos que ha habido una ausencia de voluntad política de parte del llamado Bloque Sindical y por parte de algunas organizaciones, en particular, ha sido deliberado el intento de que no participen otros movimientos“, agregó el dirigente.
Estos hechos, sumados a otra reunión con los representantes del Congreso Nacional y a la decisión de los principales gremios del bloque sindical de llegar a un acuerdo con la oposición en relación al proceso constituyente, terminaron por tensionar aún más las relaciones al interior de Unidad Social y, el 7 de enero, la Coordinadora 8M anunció su salida definitiva del espacio.
En una declaración pública que fue leída en una reunión de Unidad Social, las dirigentas feministas criticaron que, pese a que habían otros movimientos que compartían su postura, la deliberación dentro del espacio no era posible, pues eran otros los espacios en los que se tomaban decisiones. “Ese espacio tomó un nombre, y por la prensa nos enteramos de la conformación del Bloque Sindical”, indicaron en el documento, agregando que este último se arrogó la potestad de hablar a nombre de todo el conglomerado y tomó -sin consultar con el resto- una serie de decisiones políticas de carácter estratégico.
Luego de escuchar las motivaciones de la Coordinadora 8M para salir de Unidad Social, hubo autocríticas por parte de algunas organizaciones como la CONFUSAM, no obstante, hay quienes dicen que no existió la misma disposición por parte de los principales gremios que componen el Bloque Sindical, entre ellos la CUT, el Colegio de Profesores y la Coordinadora No + AFP.
Pero las disputas se mantuvieron también al interior del denominado Bloque Sindical. Y es que dentro del sindicalismo también existen críticas a la conducción que se le ha dado al espacio denominado como la Mesa de Unidad Social, el cual, señalan, ha sido ocupado por los grandes gremios sindicales, en desmedro de otros más pequeños pero que mantienen relaciones más directas con otros movimientos fuera del bloque sindical.
Es este el caso de la CONFUSAM, desde donde su vicepresidente nacional, Esteban Maturana, ha acusado una marginación por parte de grandes organizaciones como la CUT, el Colegio de Profesores y la Coordinadora No + AFP; los que, para él, han dirigido el proceso de acuerdo a los lineamientos de sus representaciones partidarias. “En los hechos, CONFUSAM ha resentido este exceso de protagonismo por parte de estos dirigentes“, sentenció Maturana.
“La verdad es que, a lo largo de la historia, los partidos han intentado apropiarse de todas las expresiones sociales, eso ha sido más evidente en el movimiento sindical”, sostuvo el vicepresidente de la CONFUSAM.
“Particularmente, en estos casos, uno observa que hay una gran coincidencia entre la línea del partido y los militantes de partidos que actúan dentro del movimiento sindical, y que las opiniones que el partido expresa suelen ser también las opiniones de los dirigentes sindicales y militantes de partidos que están en cargos de dirección“, añadió el histórico dirigente.
Un ejemplo de la disputa que existe dentro del Bloque Sindical, es una carta que envió el directorio de la CONFUSAM al directorio del Colegio de Profesores, en la que criticaron al presidente nacional del gremio, acusándolo de propinarle codazos a la presidenta de la Confederación de Salud Municipal para obtener más protagonismo en una conferencia de prensa y de agredir verbalmente al vicepresidente nacional de la organización tras una asamblea. Acusaciones que fueron descartadas por Mario Aguilar, quien negó rotundamente los hechos que involucran a las dirigentas. No obstante, admitió haber tenido un intercambio de palabras con Maturana tras la asamblea que el texto hacía referencia. Un intercambio que, sin embargo, Aguilar calificó como “normal”, sobre todo en una instancia como ésa, en la que conviven distintas posturas y visiones.
Sobre las contiendas al interior del bloque, Mario Aguilar aseguró que se trata de opiniones encontradas en torno a los caminos y que radican en lo “táctico-estratégico”; pero que no tienen nada que ver con lo que, para él, es lo más importante: el reconocimiento de las demandas sociales.
“Son diferencias tácticas frente a determinadas coyunturas. Por ejemplo, habían quienes no estaban de acuerdo con ir a hablar con Blumel y otros sí estaban de acuerdo. Pero esa cuestión no es de fondo, es algo de sostener o no sostener una reunión”, aseguró el presidente del Magisterio.
“No es una diferencia en que unos tienen una mirada frente a las demandas sociales y otros tienen una radicalmente opuesta, no es así. Son diferencias absolutamente tácticas y de coyuntura, y eso es absolutamente normal que ocurra“, enfatizó Aguilar.
Sin embargo, todavía existe cierta incomodidad en algunos movimientos del conglomerado que han indicado que, de mantenerse las dinámicas de marginación, la situación se tornaría “insostenible” para aquellas organizaciones sociales de defensa del medio ambiente, de los derechos humanos y otras, que, estando fuera del sindicalismo, han visto coartadas sus opciones de participar en las decisiones de Unidad Social.
Movimientos y agrupaciones que admiten ver un enorme potencial en un espacio que, pese a haber adquirido su fuerza desde la diversidad de sus integrantes, ha ido teniendo una preponderancia del bloque sindical.
Cuestión de justicia y de tamaño para algunos, marginación para otros.