Hace ya tres semanas que nuestro País y Magallanes se pusieron de pie, demandando una serie de medidas que en la superficie son sociales; mejores pensiones, educación y salud accesible a todos y todas y de calidad, mejorar el ingreso mínimo, transformándolo en un salario ético, no a las alzas de los servicios de transporte, de las cuentas del agua, luz y gas, de disminuir las brechas entre los chilenos, bajar sueldos altos y dietas de los parlamentarios, para que las mayores remuneraciones, no superen en 20, 30 o 40 veces, como sucede a la remuneración mínima.
Se está demandando poner fin a la construcción de una sociedad que ha aumentado la desigualdad, que hace más ricos a los ricos, más pobres a los pobres, llevando a la clase media a una pobreza desconocida, que mantiene y perpetúa privilegios a unos pocas. Debemos pasar desde un Estado sólo subsidiario a uno Solidario y eso requiere cambios profundos en nuestra Carta Fundamental.
No sólo al gobierno se le atribuye falta de reacción adecuada, es responsabilidad también de los Medios de Comunicación, de los políticos, ya sea desde nuestros partidos, como desde el parlamento, de todas y todos nosotros y de muchos de los gobiernos.
El Presidente Sebastián Piñera, propuso primero en general, lo que a su juicio serían las medidas necesarias para remediar la situación, luego fue profundizando en ellas ejecutando un cambio de gabinete, que no abarcó todas las carteras necesarias, efectuando, en algunos casos enroques de ministerio con las mismas personas, si la fuerza y el empuje de las movilizaciones, son la medida de la bondad de las soluciones y propuestas, está claro que son absolutamente insuficientes.
Por cierto que era necesario revertir las tarifa del transporte y de las eléctricas, que es en lo que más se está avanzando, mejorar el salario mínimo, que ya no será de lo que se dijo $350.000, sino que se propone una forma extraña de bono variable, que en definitiva deja el ingreso a percibir en cerca de los $275.000, así lo que la letra chica aclara es distinto a lo que se anuncia con grandilocuencia. En el aumento de las pensiones y mejorar el pilar solidario, se ha sido poco claro, y es lógico que se instale la duda y la desconfianza, cuando permanentemente se dice una cosa, y lo que se hace en definitiva es distinto. Los parlamentarios no han estado ajenos a esta falta de coherencia entre el discurso y lo que se aprueba. Por ejemplo bajar las dietas, si pero… desde el año 2022 los diputados y del 2026 los senadores, es decir no se aplicaría a los parlamentarios que están en el cargo, sólo tras las próximas elecciones. El limitar la reelección, si pero.., se aplicará a partir del próximo período siendo el tope de una los Senadores, y hasta 2 veces los Diputados y Alcaldes, es decir la ley parte en CERO a partir de la próxima elección de Alcaldes, en el 2020 y a partir de la próxima elección de diputados en el 2021 y hasta la de Senadores en el 2025. No se limita el ir cambiándose de distrito o comuna, lo que podría hacer letra muerta la ley, así un alcalde de una comuna en una región de 5 comunas, por ejemplo, podría estar durante 48 años siendo Alcalde. No es lo que la ciudadanía plantea y demanda. Se sigue partiendo de proyectos ya existentes previo a las movilizaciones sociales, con una realidad distinta.
Se ve dificultoso el cómo regular de forma adecuada las mayores remuneraciones del sector público, la de los Ministros, Jueces, TC, altos funcionaros Senado y Cámara, Fiscales, Generales, ENAP, CODELCO, sólo por nombrar algunos sectores. Recordemos que el sólo congelar, es decir no dar aumentos a esos mismos actores, provocó denuncias en los tribunales, en el Tribunal Constitucional, y ahora se ventila en la corte interamericana.
S.E. tiene la palabra, para anunciar que un plazo razonable se hará un plebiscito que será el paso inicial a las Reformas Constitucionales, para que sepamos que está la disposición de construir un Chile para todos y todas, entre todos.
Por cierto falta mucho por abordar en estos espacios, el mantener la elección de las autoridades regionales, el mantener la discriminación positiva tributaria o el derecho a zona, o las normas de excepción que hoy tenemos que ya hay voces cuestionándolas nacionalmente, hay que estar atentos a los “paneles de expertos” y sus propuestas. La Región no puede aceptar retroceso alguno.