Increíble pero cierto: A pesar de haber sido inaugurada por el propio intendente de la época, Mario Maturana, junto al gobernador de Tierra del Fuego, Eduardo Barros, el alcalde Fernando Callahan, concejales de la comuna, consejeros regionales, la empresa Textil Mejillones, que opera en Porvenir de manera ininterrumpida desde el año 2009, hoy arriesga su cierre definitivo. ¿La causa? Determinaciones de ex autoridades, particularmente del ex Intendente Jorge Flies y su ex biseremi de Hacienda, Cristian García, quienes iniciaron contra Textil Mejillones un proceso de caducidad de la franquicia que otorga la Ley Navarino, por no registrar la dirección correcta (error en la numeración) en el contrato inicial. En términos simples, para las autoridades de entonces, la empresa nunca generó actividad, no operó, no existió, a pesar de llevar años de funcionamiento en Porvenir.
“En concreto y para comprender el origen de esta grave situación, el error en la numeración fue auto denunciado a los pocos meses de la puesta en marcha de las operaciones, sin que ello impusiera un problema para su funcionamiento ante el Tesorero Regional, Jorge Luco, quien además confirmó que se estaba trabajando correctamente”, relató Carlos Barros, gerente general de Textil Mejillones, única empresa en actividad -aportando más de veinte fuentes de trabajo a familias de Porvenir y en plena producción- caducada por el ex Intendente Flies.
Ante el complejo escenario, la firma presentó un nuevo proyecto, que es Puerto Eden Spa., que corrige el único problema administrativo de la empresa, que es la dirección. La iniciativa fue presentada a la seremi de Hacienda en noviembre del 2018 y aún está detenido. “Cada día que pasa, todo se hace más difícil, y bajo estas circunstancias es imposible operar en Porvenir”, concluyó Carlos Barros.
La irrupción de Textil Mejillones a la industria de la miticultura, cultivo de choritos (en Chile basada en el modelo neozelandés) permitió incorporar tecnología innovadora, única en Chile y Sudamérica, a la captación de semilla o proceso de siembra, reemplazando el tradicional sistema colector que consistía en colgar tiras de desecho de redes de pesca, por el llamado Cabo Mussel, un sistema de línea continua que permite captar semilla de mejor calidad y en mayor cantidad el proceso de cultivo, abasteciendo a más del 70% de la industria nacional con mangas del algodón 100% biodegradables. El 30 % restante principalmente se importa. El sistema funciona como sustrato para la fijación de los choritos. Tras la cosecha, ésta desaparece en un tiempo aproximado de 20 días, gracias a los microorganismos del agua de mar que tiene la capacidad de degradarla.