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A 35 AÑOS DEL TRIUNFO DE LA CONCERTACIÓN

Esta semana se conmemoraron 35 años del triunfo de la concertación de partidos por la democracia, en las elecciones presidenciales y parlamentarias, efectuadas el 14 de diciembre de 1989. Para lectores que no vivieron esa época, les recuerdo que Chile llegó a esta instancia decisiva, tras haber ganado el plebiscito del 5 de octubre de 1988. En el lapso que va entre ambas fechas, las fuerzas democráticas debieron negociar una reforma constitucional, y la dictación de diversas leyes que habilitaran adecuadamente el proceso eleccionario. La oposición triunfante del plebiscito, unió filas detrás de Patricio Aylwin, candidato presidencial de la Concertación de partidos por la democracia, conglomerado que por ese entonces reunía 17 movimientos
o partidos políticos. Aylwin se impuso en primarias internas de la DC, donde competía con Eduardo Frei y don Gabriel Valdés. Una decisión no exenta de polémicas, por el llamado “Carmen Gate”, donde se acusó pérdida de votos y robo de urnas. Por los partidos de izquierda se levantó las candidaturas de Ricardo Lagos,apoyado por el PPD y un sector renovado del PS, liderado por Ricardo Núñez. El partido Radical proclamó a su presidente don Enrique Silva Cimma. El sector liderado por Clodomiro Almeya del PS proclamó al presidente del movimiento Independientes por el No, Alejandro Hales. El Partido Socialdemocracia levantó la candidatura del abogado Eugenio Velasco. Finalmente, todas estas candidaturas y los sectores que las apoyaban, se plegaron al apoyo de una candidatura única de la oposición, alternativa a la que se sumó también el Partido amplio de izquierda socialista (PAIS), que agrupaba al PC y otros partidos proscritos de
izquierda.
Los sectores que, en el plebiscito de 1988, estuvieron por la continuidad de la dictadura, se organizaron para enfrentar las elecciones presidenciales, en dos listas.
-Una encabezada por el ex ministro de Hacienda de la dictadura, el economista Hernán Büchi, era la figura ideal para dejar atrás los uniformes militares. Con una imagen juvenil, deportista, de blonda cabellera, era del gusto de los sectores acomodados del país, que controlaban a los partidos conservadores. Curiosamente, las dificultades de esta candidatura no las ocasionó la oposición, sino el propio candidato. Quien incluso estuvo por deponer su candidatura, aludiendo a una “contradicción vital” entre su carácter y las responsabilidades del cargo presidencial. Los partidos de derecha reaccionaron designando sus propios candidatos, RN a otro ex ministro de la dictadura, Sergio Onofre Jarpa, y la Democracia Radical, a Domingo Durán. La UDI en tanto
insistió en proclamar a Hernán Büchi. Quien después de muchos ires y venires, aceptó la candidatura presidencial de la derecha. Tanto la democracia radical como RN se plegaron a esta candidatura, deponiendo las propias. El Slogan de campaña escogido fue “Büchi es el hombre”, inicialmente generalísimo de campaña fue el fallecido Sebastián Piñera, el cual fue reemplazado posteriormente por otro ex ministro del dictador, el empresario Pablo Barahona.
-La segunda candidatura del sector conservador, fue la del empresario Francisco Javier Errázuriz Talavera, se definió de centro, siendo apoyado por el Partido Liberal, el Partido Socialista Chileno (mismo partido que apoyó el Sí en el plebiscito sin vinculación alguna con el partido de izquierda), y el partido Avanzada Nacional, más el Partido Nacional y el Partido del Sur, todos partidos con alcance local y vinculados a figuras de derecha y ex miembros del régimen.
El 14 de diciembre de 1989, Chile contaba con una población estimada de doce millones de
habitantes, para tener derecho a voto, debía concurrirse personalmente a las oficinas del registro electoral para inscribirse. Esta traba fue superada por las fuerzas de oposición al dictador, convocando masivamente a las personas a inscribirse. El día de la primera elección presidencial y parlamentaria en el retorno a la democracia, concurrieron 7.158.727 votantes. Y los resultados fueron:
-Patricio Aylwin Azócar: 3.850.571 votos, con el 55.17 %
-Hernán Büchi Buc: 2.052.116 votos, con el 29.40 %
-Francisco Javier Errázuriz: 1.077.172 votos, con el 15.43%

El macizo resultado presidencial, permitió al candidato único de la oposición, imponerse en primera vuelta. Adicionalmente, el progresismo también triunfó en las elecciones parlamentarias, en que se elegía al primer parlamento desde 1970.
En las parlamentarias se presentaron 7 listas. Por la oposición a la dictadura, dos listas:
-La Concertación de partidos por la democracia, que reunía a la DC, al PPD, partido instrumental que reunía por esa época a algunos sectores socialistas. También participaba el partido Radical, el partido Humanista, yLos Verdes; y -La lista Unidad para la democracia, que reunía al Partido Amplio de Izquierda Socialista (partido instrumental que reunía a militantes de izquierda de partidos proscritos por el régimen como el PC) y el Partido Radical Socialista Democrático
Por el sector político conservador, que participó del régimen dictatorial, se inscribieron cinco listas:
-Democracia y progreso: que reunía a RN y a la UDI -El Partido del Sur -Alianza de Centro, que reunía a Avanzada Nacional (partido fundado por ex mandos de la policía secreta de
la dictadura, la CNI, y partidarios radicalizados); y la Democracia Radical (de férreo apoyo al dictador y muy distante del viejo tronco radical) -Liberal-Socialista Chileno: Que reunía al Partido Liberal y al Partido Socialista Chileno. Partidos constituidos por partidarios de la dictadura con el propósito de confundir al electorado. Y, -El partido nacional.
Pese al bajo conocimiento del electorado, tras 17 años de cierre del congreso, y prohibición de los
partidos políticos, la oposición al dictador obtuvo un sólido triunfo. En la cámara de diputados las fuerzas democráticas de la Concertación de partidos por la democracia, obtuvo un 51,49% eligiendo a 69 diputados.
En tanto el Partido Amplio de Izquierda Socialista obtuvo 4,38% eligiendo 2 diputados.
Por el lado de los partidarios del régimen, la lista de RN y la UDI sacaron el 34,18% de los votos,
eligiendo 48 diputados. Las otras listas del sector conservador no eligieron diputados,
En el Senado en tanto. La lista de la Concertación obtuvo el 54,63% de los votos, eligiendo a 22
senadores. El partido amplio de izquierda socialista obtuvo el 4.24% de los votos y no eligió senadores.
Por el sector que apoyaba al régimen de Pinochet, RN y la UDI obtuvieron 34,85% eligiendo 16
senadores. Las otras listas proclives al régimen no eligieron senadores.
Por el sistema binominal vigente a esa fecha (rigió hasta 2017), sólo eligieron parlamentarios los dos grandes bloques. La constitución del 80¨contemplaba la figura de los senadores designados. Una institución concebida para reducir las posibilidades de que la oposición a la dictadura pudiera aprobar leyes, contrarias a los intereses del régimen. En esa ocasión se designó por la Corte Suprema A Ricardo Martín Díaz. El Ejército designó a Santiago Sinclair. La Armada designó a Ronald Mc-Intyre. La Fuerza aérea a César Ruiz.
Carabineros de Chile a Vicente Huerta. La Contraloría a Olga Feliú. La rectoría de la Universidad de Chile a William Thayer. Y como ministro de estado, se designó a Sergio Fernández.
El entramado constitucional destinado a entrabar la gestión de cualquier gobierno ajeno a los intereses conservadores, se completaba con la norma que establecía un quórum calificado para la aprobación de materias, que la propia constitución establece. Quórum de 2/3 de los votos, una mayoría muy difícil de conseguir dado el sistema binominal, y los senadores designados. En palabras del fallecido senador Jaime Guzmán, la idea era que, constreñidos por las normas constitucionales, los adversarios políticos se vieran obligados a adoptar decisiones, no muy diferentes a las que adoptaría el propio sector conservador.
A treinta y cinco años del triunfo de las fuerzas democráticas en las elecciones presidenciales y
parlamentarias, que permitieron iniciar la transición a la democracia, hacemos votos, porque los actores políticos del progresismo y del sector conservador, valoren el ciclo de progreso y de libertad que hemos vivido y del cual somos tributarios. Asimismo, los ciudadanos de a pie de este país, esperamos que los sectores políticos del progresismo y del sector conservador, sepan encontrar los caminos que permitan retomar el ciclo político, que mayor prosperidad y estabilidad ha traído al país. El país, anhela tranquilidad, vivir en paz, con trabajo, crecimiento económico y mejores sueldos. Eso obliga a la clase política, abandonar sus peleas de salón, y trabajar firmemente por forjar los acuerdos necesarios para avanzar. Ese es el mejor homenaje a los
hombres y mujeres que protagonizaron la recuperación de la democracia, y construyeron las bases de su fortalecimiento.

Ernesto Sepúlveda Tornero