El movimiento de los trabajadores, al igual que la organización sindical, pasa por momentos difíciles; pero no está derrotado.
No puede estarlo porque mientras haya abusos, necesariamente tiene que existir un instrumento que los combata.
Debe, por lo mismo, prepararse consciente y constantemente.
Asumir que la legislación establece condiciones que sólo podrán ser sobrepasadas cuando se cuente con fuerza propia lo suficientemente poderosa como para hacerlo.
Esa fuerza propia, que son los trabajadores organizados en un alto porcentaje, será capaz de asumir los desafíos en la medida en que sea educada convenientemente en sus deberes y derechos.
2.- Sin educación no hay trabajadores conscientes, sin educación no habrá un sindicalismo de clase, dispuesto y comprometido.
No importa cuales sean las formas en que esta educación se imparta, lo vital es que llegue a los trabajadores y que estos la comprendan y la hagan suya.
La educación permanente, nos llevará a la construcción de organizaciones que se confrontan con el sistema en todos los espacios y llevará a los trabajadores a luchar sin claudicar, por aquello que les corresponde en todos los planos de su vida.
*Del libro «Elementos de educación para un sindicalismo de clase»