La iniciativa surge desde el Frente de Culturas del recién constituido partido Frente Amplio
en Magallanes, tras consultarlo con sus bases, se propuso relevar a nivel nacional a la
escritora, gestora cultural y defensora de derechos humanos magallánica, Ana Marlen
Guerra Encina, quien se ha desempeñado en la defensa del medio ambiente y de los
derechos humanos, lo que ha sido reconocido a nivel local, nacional e internacional.
La escritora y defensora magallánica cuenta con una amplia trayectoria en materia de
memoria, a través de la creación de la “Agrupación Hijos y Nietos por la Memoria”, el que
visibiliza el daño transgeneracional de los hijos e hijas, nietas y nietos de las víctimas y
sobrevivientes de la dictadura cívico militar. Mediante distintos formatos como el
audiovisual, permite construir y conservar la memoria a casi 51 años del golpe de Estado.
Al mismo tiempo, Ana Marlen se destaca en la vida cultural de Magallanes por su rol de
gestora cultural, editora, escritora y activista ambiental, todos estos como espacios que
profundizan la vida democrática.
La distinción universitaria “Medalla Derechos Humanos y Democracia”, otorgada por la
Universidad de Chile, fue creada en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe
de Estado, para reconocer a quienes hayan realizado una destacada contribución en materia
de derechos humanos y democracia en el ámbito nacional. Este año se celebra su segunda
entrega, que conlleva la obtención de una medalla y diploma con su nombre por parte de la
institución universitaria.
El Frente de Culturas del Frente Amplio, junto a la “Agrupación Hijos y Nietos por la
Memoria” presentaron diversas cartas de apoyo de dirigentes sociales, autoridades
regionales y agrupaciones sociales, tanto a nivel regional, nacional y del extranjero. Esta
postulación es conducida por la diputada Javiera Morales Alvarado, como representante
electa de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, para darle un realce regional y
nacional.
“Ana Marlen ha dedicado gran parte de su vida a cultivar la memoria de la región más
austral de nuestro país. Desde que fundó la ‘Agrupación Hijos y Nietos de la Memoria’ ha
visibilizado el daño que sufrieron las generaciones descendientes de las víctimas de la
dictadura chilena a través del arte, la cultura, el diálogo, la colaboración e intervenciones
públicas. Una realidad de la que poco hemos conversado, pero que es necesario relevar si
queremos sanar después de ya 50 años del golpe cívico-militar”, destacó la parlamentaria.