Cuando Mercedes Sosa canta «las manos de mi madre» pienso en todos aquellos que no tienen la fortuna que yo tengo de tener en vida a la madre y solo la pueden recordar a traves de fotografías y alguna filmación, siempre y cuando hayan sido de estas últimas generaciones que inmortaliza momentos en instrumentos tecnológicos y pueden verlos una y otra vez, en el momento en que se quiera hacer.
Por eso y pese a estar separados por miles de kilómetros desde hace más de 40 años, cuando llega este día hablo, escribo y recuerdo a mi madre, lo que también me lleva a evocar a mi abuela materna, una hermana y una sobrina, además de una querida compañera trabajadora textil que fuera dirigente de nuestra CGT.
Todas tienen un factor común, se llaman Ana y se les recuerda el 26 de julio de cada año.
2.- Por cierto que habiendo tanto problema que nos cruza diariamente, puede parecer hasta un poco frívolo salirse de la contingencia para saludar en especial a alguien, pero jamás debemos perder de vista que somos seres humanos, con problemas y deudas pero pensantes y con sentimientos.
Militantes de todas las causas de cambio y justicia social, jamás debemos olvidarnos de quienes son nuestra familia y compañeros.
En tiempos pretéritos se recordaban santos y cumpleaños con una reunión donde no había ostentación de regalos ni gastos excesivos.
Lo más importante era estar todos junto al festejado, recordar sus anécdotas si había 5cumplido años suficientes para atesorarlas y en subsidio se entregaban consejos para enfrentar desafíos presentes y futuros.
Es la vida y debemos saludarla y vivirla así, con todo el corazón.