Cada dia que el trabajador está a disposición del empleador, ya sea en la producción de bienes o la entrega de servicios está generando utilidad, pues con su trabajo en la empresa produce valor agregado, valor que queda completo en las manos del empleador y que de alguna manera retorna a los trabajadores cuando estos hacen uso de la negociación colectiva como instrumento reivindicador.
Los patrones saben que se están quedando con toda la utilidad que genera el trabajo humano, por eso acceden a pagar una gratificación anual que en la mayoría de los casos se entrega parcelada y equivale al 25% de las remuneraciones con un tope de 4,75 ingresos mínimos al año.
No es un gesto de buena voluntad ni un ataque de generosidad, es lo mínimo a lo que se puede tener acceso por la cantidad de utilidades que se generan.
2.- Y sin embargo y pese a todas las señales que el trabajador percibe en su diaria gestión, no siempre existe en él la voluntad ni la disposición de dar la pelea por esto. Así queda de manifiesto cuando pone trabas para no asistir a las reuniones en que se habla de constituir un sindicato. Repite el discurso ese de que «el sindicato daña y divide, que es pura política» pero no lo hace por resentimiento ni por traición, generalmente es por miedo y por que pudo tener malas experiencias. Pero hay que insistir siempre, solo con el sindicato se puede acceder a gratificación y otros derechos que nos están quitando.