Han pasado los días, son exactamente 2 semanas desde que se realizó una nueva conmemoración del 1 de mayo y no deja de llamar la atención, como el ritual de todos los años se repite de manera calcada. Es más, la lectura de algunas notas – que pueden no ser todas pero que no anulan el analisis – muestra como cuestiones tan evidentes son silenciadas y privan a la ciudadanía, a las organizaciones de trabajadores y por cierto a los millones de no organizados, de una evaluación efectiva y profunda que permita dejar expuesto el actuar del sistema, a la vez que entregar orientaciones para romper esta tendencia.
Veamos. Las noticias entregadas por la televisión siguieron el patron de los últimos años.
La Central oficialista marcha ordenadamente acompañada de algunas personalidades de la vida política. Sus dirigentes exponen propuestas y se consulta a representantes del gobierno y de los empresarios sobre las mismas. Por cierto hay total libertad para moverse y exhibir lienzos y banderas, no siendo visibles la fuerza policial ni los equipos represivos.
2.- La marcha y acto de la Central Clasista, al que concurren miles que tienen en su corazón a los trabajadores y sus derechos incumplidos, no se desarrolla con tranquilidad, más allá de si influyen poco o mucho los obtusos de siempre que van a cualquier cosa menos a honrar a la clase.
Hay represión casi desde la partida y los medios de comunicacion compiten por entregar imágenes truculentas y de caos permanente.
Ni un segundo para dar a conocer las propuestas y demandas – que si existen y se exponen – entre bombas lacrimogenas, palos y chorros de agua de guanacos.
¿Porque tal discriminación?
Porqué el poder teme a la verdad, porque hará cuanto esté a su mano para hacernos creer que no hay otro camino, que aquel que ellos difunden.
Hora de tratar de romper esta tendencia y exponer las cosas como son, hora de jugarla toda por poner a la clase donde se merece pese a las trabas del modelo.