Pasó un año y comienza otro, con las mismas deficiencias vistas en el actuar social, que es lo que nos tiene inmovilizados desde hace mucho tiempo y que, por ahora, parecemos incapaces de analizar como corresponde, para sacar las lecciones que nos permitan proponer cambios.
Las fiestas patrias y de fin de año se van desnaturalizando cada vez mas y perdiendo todo lo que tuvieron de fiesta popular.
Desde hace un tiempo se ha incorporado esto del gatillo fácil, no solo en las fiestas por cierto. Delincuentes y patoteros que se han transformado en un problema grave pues cargan armas de la que hacen uso por cualquiera sea la razón. Enfrentamientos armados a la salida de discotecas o en cualquier calle de la población, cuerpos maniatados y amordazados con balas en la cabeza, asaltos en almacenes de barrio, se repiten con peligrosa asiduidad.
Tiros y más tiros de los que están siendo víctimas, vecinos inocentes y niños.
Y la deficiente organización social no tiene respuestas ni propone soluciones, que no sea pedir más policía y milicos.
La fiesta de fin de año fue nuevamente una explosion incesante de fuegos de artificio que no solo, y nos perdonan los amigos de los animales por esto, que no solo decimos, afectan a las mascotas sino también atemorizan a muchos niños y adultos mayores. En muchos barrios algunos desadaptados fueron a explotar fuegos de artificio a las puertas de las casas o los arrojaron por sobre las rejas.
Se vive en tierra de nadie y es lo que los delincuentes buscan para instalar sus pautas y normas.
2.- Dos de los males que afectan a la sociedad tienen preponderancia en las llamadas fiestas de fin de año.
Excesivo consumo de alcohol, que no solo deja imágenes muy penosas y tristes, de personas que se excedieron y fueron víctimas de rateros.
Consumo de marihuana y otras drogas duras, lo que provoca accidentes de tránsito y riñas, cuestiones que también lesionan el entorno y tienen a muchas familias encerradas en sus casas. Dos vicios instalados por el sistema, que nos tienen sin reacción y que incluso comienzan a afectar a los miembros de las organizaciones sociales, que hasta ahora hacen la vista gorda y permiten que se normalicen estos vicios destructortes y que incluso llevan a cuestiones como el acoso sexual, que también se va instalando.
De esto no hablan los medios, pero también nosotros lo omitimos y con ello damos espacio para que se llegue a considerar solo una falta leve, cuando lo que está haciendo es destruir la organización y la sociedad.
El cambio de folio debe ser también a las malas costumbres y actuares, de lo contrario seguiremos hundiéndonos para beneplácito del sistema.