Nosotros, los dirigentes sindicales, en cualquiera de los niveles en que cumplamos nuestro rol, debemos evitar el protagonismo excesivo, pues eso tarde o temprano nos lleva al personalismo poniendo en riesgo el trabajo y actuar colectivo, fundamental en toda organización para conseguir resultados. Somos una suma de individualidades que requiere cohesión para dar lo máximo de sí. Es importante que los dirigentes logren entender que, más allá del cargo que ostentan, son integrantes de un directorio electo por los trabajadores, en base a las confianzas que estos tienen de que se podrán desempeñar el rol que les están asignando al votar por ellos.
Por cierto que cada cargo trae aparejadas facultades propias, pero es la suma de esas capacidades y la disposición a trabajar en conjunto lo que hace que un directorio sea más o menos exitoso. Buena relación con los socios, informe periodico de la gestión interna así como de la relación con la empresa, tesorería al día, son elementos que ayudan a una buena gestión.
Aquel compañero o compañera que crea que de su sola capacidad depende el resultado o la gestión de la organización, está provocando y provocándose un daño muy grande que tarde o temprano terminará afectando al sindicato. No solo porque la incompatibilidad entre pares redundará en una gestión mediocre si no también, y por sobretodo, porque la empresa detectará esta debilidad y hará los esfuerzos por ganar para sus posiciones al que se muestre más altivo y se crea superior a los demás.
2.- A su vez, también los trabajadores deben entender que muchas veces esto a lo que nos referimos, tiene relación directa con su incapacidad para cumplir con todos los deberes y derechos de la organización sindical. Cierto es que todo aquello que se gana en negociaciones colectivas u otras instancias para reconocer capacidades y méritos de los trabajadores, son parte de sus derechos, pero no deben olvidarse ni por un momento que también tienen deberes como socios, entre ellos postular a ocupar cargos en la directiva del sindicato cada vez que se convoca a elecciones.
Y eso no es todo, cada socio de la organización debe estar dispuesto a participar de las comisiones de trabajo que se vayan creando, integrar la comisión revisora de cuentas, participar activamente en las asambleas haciendo saber cuando corresponda, todas aquellas dudas o críticas a la gestión de sus dirigentes, las que ciertamente se hacen en la línea de buscar una mejora en la gestión de la organización que es de todos.
¿Que el movimiento sindical está en crisis?, Esa es una verdad indesmentible, pero pàrte importante de esa crisis es responsabilidad de nosotros mismos, quienes hacemos parte de ese movimiento sindical y que hemos permitido que malos elementos se enquistan en las organizaciones y las minimicen en su rol, transformandolas en simples correas transmisoras de los planes de las empresas.
Contra eso debemos luchar y para hacerlo debemos cumplir a cabalidad con nuestros deberes como trabajadores organizados.