Amigos y amigas, esta semana concluyó la gira presidencial a la República Popular China, el
principal y primer socio comercial de nuestro país. Chile fue el primer país de latino américa, en iniciar
relaciones internacionales con China, decisión adoptada por el presidente Allende en 1970. Una
relación que no se ha interrumpido, ni siquiera durante el quiebre democrático. En efecto, el dictador
Pinochet, a instancias del sector civil que formó parte del régimen, mantuvo relaciones con China. La
estabilidad y continuidad en las relaciones internacionales, es una condición virtuosa extremadamente
valorada por el gigante chino. Una pequeña muestra del especial aprecio a nuestro país, es la amplia
cobertura en los medios de comunicación chinos, lo que contrastó con la escasa y débil cobertura en
medios chilenos. A ratos daba la impresión que se buscaba encontrar los chascarros, los puntos bajos,
se cuestionó la comitiva que acompañó al presidente Boric, en circunstancias de que en este viaje no
se incluyó a parientes presidenciales, como sí ocurrió en giras de otro presidente. No sólo el carácter
de principal socio comercial, estuvo en el centro de la visita, sino también el interés chino de
profundizar las relaciones, en el ámbito científico y cultural. Se avizora el inicio de nuevos negocios en
el ámbito de las nuevas tecnologías, y en la energía verde, con el anuncio de la construcción de un
moderno complejo industrial, para la producción de baterías de Litio.
El presidente Boric, realizó una visita a la Universidad de Sichuan, donde dictó una clase magistral. Esta
es una de las principales universidades nacionales, con sede en Chengdu, y una matrícula de más de
40.000 estudiantes, de las áreas de Economía, Filosofía, Derecho, Historia, Filosofía, Ingeniería,
Administración y Medicina. Fiel a su estilo, el presidente Boric, no sólo les habló de Chile, sino también
de la importancia de que los jóvenes mantengan una dosis de rebeldía. “No conformarse con lo que se da
por hecho, ya que es la forma de avanzar en el conocimiento y comprender cómo el mundo evoluciona”.
Aunque desde la oposición algunos se apresuraron a exigir, declaraciones enfáticas sobre los DDHH,
sobre la democracia, dichas críticas no prosperaron, debido al carácter de visita de estado, donde prima
el interés nacional, por sobre cualquier otro interés personal o de grupo. Es muy probable que, en la
percepción ciudadana, la gira presidencial a china, redunde en un aumento de la aprobación del
presidente. En ese contexto se discutió en los corrillos políticos, la presencia de la ministra Vallejos, en
la gira a China. Se comentaba que su presencia no se justificaba, por el carácter de su cartera, y que
parecía más un gesto presidencial para potenciar su figura, de cara a la presidencial de 2025.
Rápidamente, estas versiones fueron descartadas desde La Moneda, y por la propia ministra Vallejos,
que descartó tener una agenda presidencial, estando dedicada exclusivamente a tareas propias de la
vocería de gobierno. La delegación chilena estuvo integrada por los ministros de Relaciones Exteriores,
Alberto van Klaveren; de la Segegob, Camila Vallejo; de Economía, Nicolás Grau; de Agricultura,
Esteban Valenzuela; de Transportes, Juan Carlos Muñoz, y de Obras Públicas, Jessica López. Asimismo,
fueron invitados 10 parlamentarios del Congreso Nacional y representantes del mundo empresarial. El
broche de oro de la gira, fue la reunión del presidente Boric y el presidente chino Xi Jinping, donde
abordaron el interés recíproco de profundizar el intercambio entre nuestros países, para incluir ciencia,
tecnología, conocimientos, y cultura. Para la anécdota ha quedado el récord de horas de viaje desde
Santiago de Chile, a China, viaje aéreo que debió considerar, ni más ni menos, que treinta y seis horas, y
seis escalas, hasta aterrizar en Chengdu.
A su retorno al país, le correspondió al presidente Boric, dar inicio a la décimo novena versión
de los Juegos Panamericanos, que tiene a Chile de anfitrión. Contra los comentarios de agoreros y
peladores, de distintos pelajes, la jornada inaugural fue un espectáculo sorprendente, con despliegue de
figuras artísticas de renombre, como Los Jaivas, Los Tres, Los Bunker. A las 22.32 horas, las luces del
estadio se apagaron, y en medio de la oscuridad, un foco ilumina el paso de la nadadora chilena Kristel
Köbrich, quien ingresó por la llamada escotilla 8, de fondo se iluminó la frase “Un pueblo sin memoria
es un pueblo sin futuro”. El ingreso de Kristel Kobrich por donde ingresaban los prisioneros políticos, al
estadio nacional, en los días posteriores al golpe de estado de 1973, fue un momento de gran emotividad.
Nicolás Massú y Fernando González. Medallistas olímpicos del tenis, también portaron la antorcha, en
medio de aplausos, lo mismo sucedió cuando fue el turno del ex futbolista Iván Zamorano. Ha sido
destacado por todos los países participantes, el nivel de la organización, la calidad de las instalaciones, y
el lujo de nuestro metro de Santiago.
El momento más significativo, a mi juicio, fue cuando el presidente Boric, da por iniciados los
juegos panamericanos, donde recibe una inesperada ovación. Me parece significativo porque en el palco
estaban los tres últimos presidentes de la república. Michelle Bachelet que en 2017 dio inicio a la
organización de los juegos, Sebastián Piñera, que continuó los trabajos, y el presidente en ejercicio, que
inaugura los juegos. Con un propósito común líderes políticos de distintos sectores, han trabajado
durante 12 años para sacar adelante una tarea país. Esa es la tarea para la política chilena, unidad de
propósitos, deponer diferencias con miras al alto interés del país. Mas altruismo y menos oportunismo.
Ernesto Sepúlveda Tornero