El Arte y la Ciencia se unieron en una nueva residencia artística realizada por la Universidad de Magallanes, desarrollada durante este mes de junio y con la participación de estudiantes, investigadores y una artista local. Giró en torno a la vida y el paisaje prehumano de Magallanes, tomando como nombre “Tiempo Profundo”, concepto que fue usado por primera vez en el siglo XVIII por el geólogo escocés James Hutton. Gracias a la gestión del Área de Arte, Culturas y Patrimonio (dependiente de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la UMAG), estudiantes de las carreras de Arquitectura, Pedagogía en Educación Parvularia y Pedagogía en Historia pudieron trabajar junto a la artista visual Paola de Smet D’ Olbecke, a la paleontóloga Judith Pardo y a los geólogos Andrés Pérez y Francisca Scapini. Las actividades incluyeron charlas, apreciación de fósiles, talleres de arte y visitas al Instituto Antártico Chileno, Museo de Historia Natural “Río Seco” y al Parque del Estrecho, en donde los participantes pudieron encontrar fósiles de organismos marinos que datan del periodo Cretácico.
Para la destacada paleontóloga Judith Pardo, que recientemente encabezó un equipo que pudo rescatar desde el Glaciar Tyndall el fósil de una ictiosauria bautizada como “Fiona”, el valor de esta residencia radica en el abordaje novedoso de la temática que a ella le apasiona. “Recibí la invitación para participar en la residencia artística de este año y como asesora científica quise darle un enfoque hacia lo marino, examinado animales que vivieron en el maritorio de nuestra región hace millones de años. Para esto conté con el apoyo de Francisca Scapini y Andrés Pérez, geóloga y geólogo respectivamente, que realizan investigación paleontológica en la región y que trabajan actualmente conmigo en el área de Macropaleontología de la UMAG. Considero que el trabajo que se realiza a través de estas residencias en las que se funde la Ciencia con el Arte, nos ayuda a ver la Ciencia con otros ojos, a explicarla de otra forma a través de la creatividad, los sentidos y las emociones. En el caso particular de la Paleontología, ver y entender las formas de animales que vivieron hace millones de años y que ahora se encuentran fosilizados. Sentir sus texturas, incluso sabores, olores y sonidos y expresarlas a través de creaciones artísticas, de cierta forma nos libera para mostrar la historia de la vida, de los que estuvieron antes que nosotros en nuestro territorio y lo que esto representa para nosotros como ciudadanos en términos de patrimonio y de identidad”, expresó la investigadora.
En tanto, la artista residente Paola de Smet D’ Olbecke valoró el haber podido ser parte de esta experiencia interdisciplinaria. “Participar de la residencia Tiempo Profundo ha sido una oportunidad muy interesante, considerando el encuentro entre científicos, artistas y estudiantes donde lo principal es el intercambio de conocimiento. Ha sido posible poner en evidencia la ventaja que tenemos como habitantes de esta región, de poder observar en terreno y aprender muchísimo sobre el pasado remoto. También me parece muy enriquecedor conocer a profesionales y estudiantes de diferentes generaciones. Espero que esta iniciativa siga creciendo y que puedan sumarse cada vez más estudiantes”, declaró la artista visual, que realizó talleres en torno a las técnicas del frottage y el collage.
Para las estudiantes de la carrera de Educación Parvularia que participaron de la residencia se trató de una experiencia inédita, que puede inspirar su futura labor docente. “Es impactante tener un fósil en la mano de una especie que existió hace millones de años. También es un gran desafío el poder incorporar la Paleontología en la primera infancia, donde la curiosidad es innata. Estoy muy agradecida por esta nueva experiencia, que de todas formas enriquece mi formación como persona y como futura profesional”, declaró la estudiante Laura Leiva. Por su parte, su compañera de carrera Daniela Miranda ya visualiza futuras aplicaciones. “Creo que este tipo de actividades permite generar un espacio en el que se podría realizar un trabajo interdisciplinario entre lo científico, artístico y la pedagogía, de lo cual quizás pudiesen surgir grandes proyectos enfocados en la estimulación de la imaginación, curiosidad y el acercamiento a los niños y niñas hacia su contexto. Podría así ligarse estas tres áreas mediante el acceso a la información, visitas a museos, salidas a terreno y generando un espacio para la reflexión a través de la expresión artística”, expresó.
El estudiante de la carrera de Arquitectura Kenny Miranda valoró la metodología usada en la residencia, que apunta a crear una especie de comunidad temporal que comparte conocimientos. “En sí, la instancia de reunión entre científicos y artistas con alumnos de distintas áreas de la universidad fue una experiencia muy enriquecedora, no solo por todo el aprendizaje adquirido sino también por los lazos que se crearon en el grupo y también por la apertura de mente que esto generó, respecto a la visión que se tiene del territorio de la región y a la concepción del tiempo llevado a escalas mucho mayores. Destaca el hecho de que el conocimiento se haya entregado no solo en teoría, sino también en práctica a través de salidas a terreno y contacto con el material de estudio, lo cual permitió generar una experiencia más cercana y una mayor facilidad a la hora de plasmarlo mediante el arte”, declaró.
Para el periodista Rafael Cheuquelaf, quien coordinó la residencia junto a la artista escénica Nitzamé Mayorga, esta experiencia tuvo antecedentes importantes que aseguraron su éxito. “La UMAG viene haciendo residencias artísticas desde hace años, pero desde el 2021 estas incluyen a estudiantes y tienen como temática un aspecto tanto científico como territorial. La primera se llamó “Emergencias del Bentos” y tuvo como temática la vida en los fondos marinos de Magallanes, mientras que la segunda se llamó “Raíz” y trató acerca del bosque subantártico y contó con la participación de cultoras de medicina tradicional williche y artesanía kawésqar. En esta ocasión nos sumergimos en la paleontología magallánica, un tema que ya ha sido abordado desde el punto de vista del arte por el Museo Alberto Baeriswyl (Pto. Yartou, Tierra del Fuego). Lo que hemos querido hacer con estas residencias es unir a artistas, investigadores y estudiantes de la UMAG en torno a experiencias de aprendizaje común, que les saquen un momento de su rutina de especialización y les abran un horizonte más amplio de reflexión transdiciplinaria”, declaró el coordinador.
El próximo viernes 30 de Junio a las 12:00 horas se inaugurará en el Patio Techado de la Facultad de Ingeniería UMAG una exposición para todo público, que resumirá lo que fue la residencia artística «TIEMPO PROFUNDO» mediante obras artísticas, fotografía y las bitácoras que se usaron a lo largo de esta experiencia.