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«..Abre los ojos ponte de pie escucha el latido sintoniza el sonido agudiza los sentidos..» :cantan Los Prisioneros

El artículo 315 del Código del Trabajo, antes de la reformas de 2016 introducidas por el gobierno de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría, establecía claramente que todo sindicato – independiente del número de socios que tuviera – podía solicitar del empleador dentro de los 90 días anteriores a la fecha de vencimiento de un contrato colectivo una serie de antecedentes siendo obligatorios a lo menos , los balances de los 2 años inmediatamente anteriores, la información financiera necesaria para la confección del proyecto referida a los meses del año en ejercicio y los costos globales de mano de obra del mismo periodo, entre otros.
En concreto y para que no se produzca un enredo con tanto letra que ponen en las leyes, esto lo podemos traducir en que «independiente del número de socios todos los sindicatos podían pedir dichos documentos».
Pues bien, dicha norma fue cambiada el 2016 y en la actual ley solo hay obligación de entregar balances anualmente a los sindicatos de las grandes empresas, información que se complementa con la entrega de estados de resultados y estados financieros auditados. Esta información debe entregarse dentro del plazo de 30 días contados desde que dichos documentos se encuentran disponibles.
También la ley permite que los sindicatos en las grandes y medianas empresas soliciten otros antecedentes dentro de los 90 días anteriores a comenzar un proceso de negociación. En tanto los sindicatos en las pequeñas y micro empresas, solo podrán solicitar las planillas de remuneración pagadas y el valor actualizado de todos los beneficios que forman parte del contrato colectivo.

2.- Claramente la ley fue para atrás respecto al derecho a información financiera – soporte importante para construir un colectivo – ya que solo algunos sindicatos pueden disponer de balances.
Esto es totalmente discriminatorio si consideramos que según datos del SII, el 75,5% de las empresas en el país son microempresas, el 23,1% empresas pequeñas o medianas y solo el 1,4% grandes empresas.
No obstante, algo debemos tener siempre en cuenta. Más allá de los que digan los documentos, somos testigos privilegiados de cómo le va a la empresa y no necesitamos balances para construir nuestros proyectos.