Los operarios de la Maestranza Central marcaron presencia en San Bernardo con su organización y solidaridad. Algunos de sus dirigentes fueron luego representantes populares en el gobierno comunal, o llegaron a ocupar cargos en organizaciones nacionales de trabajadores. Dueños de una organización sindical poderosa, estaban siempre prestos a dar su apoyo a aquellas iniciativas que reportaran a la población un mejor bienestar y no se mantenían ajenos a lo que sucedía en el país. Dice don Oscar Aguayo:
“En el año 1939 se repite una vez mas esa tendencia imperante a lo largo de la historia. Se intenta derrocar el gobierno democrático de don Pedro Aguirre Cerda. Los ferroviarios suman fuerzas en cuestión de horas. Hay una visión unitaria y la movilización maestrancina es el primer síntoma de lucha. Un día como a las 5 de la mañana llega el gobernador de San Bernardo don Galvarino Ponce a mi casa. Me dijo, Don Oscar levántese, hay golpe de estado y la escuela de Aplicación está sublevada, hay que movilizar a todos los trabajadores de San Bernardo. Me levanté y salí. Yo sabía que a esa hora estaban trabajando las panaderías, fui a hablar con el presidente del sindicato de panificadores, fui donde los molineros, los municipales, en fin, y en seguida a la Maestranza.
Estaba en la Maestranza informando lo que sucedía cuando llegó un auto, era de Santiago, venían tres ciudadanos, uno de ellos era Salvador Allende, ministro de salubridad del gobierno de don Pedro Aguirre Cerda. Nos dijeron que nosotros éramos una fuerza importante y que teníamos que tomar medidas para abortar el golpe. Con aproximadamente mil doscientas personas se formó el batallón maestranza, organizados por escuadras, todo se hizo rápido».
2.- «Preparamos un tren blindado para ir al paso nivel, ahí estaba la parte armada de los militares de San Bernardo. Teníamos todo listo para ir a pelear cuando un jeep militar entra en la Maestranza con don Galvarino. Nos informa que el golpe está terminado.Le dijimos, vamos a hacer un desfile. Háganlo no mas dijo, no hay problema. Con el batallón maestranza y el orfeón Ferroviario salimos a desfilar por San Bernardo. Pasamos por la plaza, ahí estaba la escuela de Aplicación, ellos nos aplaudían.
A los pocos días vino el presidente a agradecer. Le hicimos esta vez un desfile en grande, con todos los sindicatos, fue de lo mas pintoresco y bonito. Todo estaba adornado, las carretelas repartidoras de pan, los municipales que tiraban a caballo los furgones de la basura, los lecheros, las victorias que eran el medio de movilización, los molineros, nosotros los ferroviarios que éramos el grueso” ( Vidas y anécdotas.. Páginas 14 y 15)
* Del libro «Testimonio, Ceero Chena un campo de prisioneros»