Con la presencia de directivos, docentes y duplas psicosociales de más de 60 establecimientos educacionales se realizó, en las dependencias de la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Magallanes, la presentación de la Guía de Recomendaciones para la Prevención de la Conducta Suicida en este tipo de establecimientos.
La referente del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud, Belén Vargas, explicó que el Programa Nacional de Prevención del Suicidio incluye dentro de sus componentes el desarrollo de acciones preventivas en establecimientos educacionales, ya que a nivel nacional e internacional se ha reconocido este espacio como el lugar ideal donde prevenir de manera temprana las conductas suicidas en niños, niñas y adolescentes.
En ese contexto, este año se realizó el lanzamiento de esta Guía de recomendaciones, la que “se viene trabajando desde el año 2015 con una serie de expertos, con el mundo de la educación y con el Minsal, para poder entregar herramientas prácticas a las escuelas, colegios y liceos para que ellos mismos puedan diseñar estrategias que prevengan situaciones de riesgo en sus estudiante. Aquí no es sólo importante abordar los casos de suicidio cuando ocurren, los cuales son muy lamentables, sino también queremos prevenir desde antes de su ocurrencia, por eso hablamos de conducta suicida que implica ideación, de hacer intentos que es muy frecuente en la adolescencia, por lo tanto, es entregar herramientas sumamente prácticas para detectar estas conductas, pero antes de eso evitar, que los niños y adolescente lleguen a esta conducta”.
La Jornada consideró exposiciones, trabajos en grupos y la entrega simbólica del documento por parte del SEREMI de Salud (S) Sergio Ruiz, y la referente del Minsal, Belén Vargas, a la SEREMI de Educación, Beatriz Sánchez.
La SEREMI Sanchez destacó la entrega de esta Guía, la cual constituye un gran aporte desde Salud al sector que representa para prevenir conductas suicidas en los alumnos. “Este trabajo en común que vamos a tener, insisto, es un gran aporte para abordar este tema que nos preocupa como Educación y como Gobierno”, puntualizó.
El SEREMI de Salud (S), Sergio Ruiz, manifestó que los establecimientos educacionales son lugares de permanente encuentro de los alumnos, donde los niños y jóvenes socializan, por lo tanto, es un espacio idóneo para abordar esta temática, ya que el suicidio es la segunda causa de muerte de los jóvenes de 10 a 19 años de edad, y es en los establecimientos escolares donde podemos entregar medidas de prevención y elementos protectores.
Ante situaciones de riesgo, Belén Vargas menciona que el protocolo establece los pasos a seguir y también se ha considerado formar al interior de establecimientos figuras claves que permitan hacer la conexión entre la detección de las primeras conductas, el primer abordaje. Hay que colocar atención a las señales de alerta y atenderlas rápidamente. De esta forma el establecimiento recibe herramientas para que pueda hacer un primer abordaje y luego realicen la derivación a los equipos de salud, lo cual es trabajar coordinadamente y en forma expedita.
Respecto a las señales a las cuales los padres deben estar atentos, Belén Vargas detalló que “hay distintas alertas, no todas son indicadoras suicidas, pero que si no son abordadas, también pueden significar riesgo. Estamos hablando de cambios conductuales muy abruptos, por ejemplo: jóvenes que eran amistosos y salían con sus amigos, pero de pronto se quedan más en casa y se muestran más retraídos, ya no se preocupen tanto por su apariencia, pueden haber cambios en el sueño o en la ingesta de alimentos, comer mucho o muy poco, entre otros”. Hay señales más directas o banderas rojas como escribir, posteos, rituales de despedida.
Estadísticas
De acuerdo al Sistema de Vigilancia de Intentos de Suicidio de la región, durante el año 2018, se notificaron un total de 238 intentos de suicidios en la Región de Magallanes y Antártica Chilena. El promedio mensual fue de 20,58 notificaciones. En términos generales, la frecuencia de intentos notificados el 2018 es menor a lo notificado en 2017, año en que se registraron 247.
Del total de notificaciones, el 68% corresponde a sexo femenino, y el promedio de edad es de 30 años. El 29% de las notificaciones corresponden a personas con edades entre 20 a 29 años, seguido del grupo de 15 a 19 años con 24%.
