Pilar Zanoni, de Biokeikruk, recolecta residuos domiciliarios orgánicos, utilizando el sistema bokashi, junto a un contenedor especializado, hermético e inoloro. Parte de estos residuos orgánicos se transforman en un biofertilizante con la ayuda de un biodegradador biológico, obteniendo productos 100% orgánico.
Con los residuos orgánicos e inorgánicos se genera el sustrato para el período de incubación de los micelios (cuerpo vegetativo de los hongos), que se entrelazan con el sustrato, formando una estructura rígida, compostable y biodegradable, después del periodo de crecimiento.
Luego del crecimiento se introducen en un molde, donde terminan la etapa de su desarrollo. Posteriormente queda rígido y listo para su utilización. El producto final es un prototipo de envase eco-sustentable, que después de usado se podrá compostar o triturar para iniciar el ciclo nuevamente.
Con el apoyo de Corfo a través del programa Semilla inicia, pudo desarrollar un prototipo de envase ecosustentable. “Empezamos como recolectores de residuos orgánicos y vimos la posibilidad de generar otros servicios a partir de la revalorización de los residuos, llegando a la creación de prototipo de packaging ecosustentable, y actualmente estamos haciendo pruebas, testeando nuestro producto para la industria cosmética”, señaló Pilar Zanoni.