La microempresa “Compost Coirón” rescata la basura orgánica y la transforma en un fertilizante natural llamado compost que proporciona los abonos que necesita el suelo y las plantas para crecer. El emprendimiento natalino evita que al menos dos toneladas de residuos lleguen al vertedero cada mes, transformando la bazofia en elemento esencial para la agricultura regional.
Gran parte de este reciclaje orgánico fue entregado hoy a agricultores de Puerto Natales. En total recibieron 1.097 sacos de compost y biofertilizante. También otros 78 sacos de fertilizante tradicional.
“El compost beneficia no solo a la planta, también al suelo, porque lo protege y no daña la micro fauna, como por ejemplo las chinitas que protegen a las plantaciones del pulgón. Esta forma de producir no la inventamos nosotros, sino nuestros padres y abuelos que tenían una producción sana, en la línea de la agroecología”, explica Martín Salamanca, agricultor de Huertos familiares.
La inédita iniciativa está enmarcada en el plan Siembra por Chile del Ministerio de Agricultura que favorece a 77 usuarios de INDAP en la provincia de Última Esperanza, con una inversión que alcanza los 13 millones 13 mil 150 pesos.
Para el director regional de INDAP, Gabriel Zegers, hoy existe un giro de los agricultores hacia la agroecología que encuentra apoyo en los lineamientos del gobierno.
“Vivimos un proceso de transición hacia la producción agroecológica, mediante el uso de prácticas culturales, tradicionales y otras más modernas e innovadoras como sería el uso de insumos biológicos, bioestimulantes, el manejo ecológico de plagas y enfermedades y la construcción de suelos vivos”, precisó Zegers.
En tanto, agregó que el uso del compost aporta los nutrientes esenciales, la microbiología y la materia orgánica que es básica para sustentar una agricultura intensiva y a la vez ecológica.
“Con el uso del compost u otros abonos como el bocachi podemos devolver al suelo la materia orgánica que se pierde cosecha, tras cosecha. También permite retener grandes cantidades de humedad, asegurando un considerable ahorro de agua”, indicó.
Reciclar ante el cambio climático
Una persona produce cerca de un kilo de basura al día, de esa cantidad la mitad corresponde a desechos orgánicos. Rescatar los desperdicios es una tarea ineludible ante el cambio climático que va de la mano con el uso del compost y fertilizantes orgánicos.
“La basura orgánica se mezcla con otro tipo de residuos, se aplastan y al quedar compactado sin presencia de oxígeno comienza la descomposición en anaerobiosis
y se genera gas metano que es 25 veces más contaminante que el CO2”, explica Karen Barrera, socia fundadora de Compost Coirón.
A su vez, indicó que al evitar que la basura llegue al vertedero se alcanza a reducir la generación de CO2 en un 65%.
En las próximas semanas se espera la llegada de dos ramplas con fertilizante orgánico para apoyar a los agricultores de la región de Magallanes.