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SEMINARIO EN UMAG ARROJÓ NUEVAS LUCES RESPECTO A LA REIVINDICACIÓN DE LA MEMORIA Y LOS DD.HH. EN MAGALLANES

A casi 50 años del Golpe de Estado en Chile, cuya dolorosa secuela de persecución, represión y violencia política asoló también a la región de Magallanes, ésta fue epicentro de una actividad académica centrada en la reivindicación de la Memoria histórica reciente, a propósito de las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas en el período de dictadura cívico militar entre 1973 y 1990. Se trató del «Seminario de la Memoria y los Derechos Humanos en Magallanes», que contó con la Seremi de Justicia y DD.HH., Michelle Peutat Alvarado, y los investigadores Manuel Rodríguez Uribe y Rodrigo González Vivar como expositores.

El auditorio Ernesto Livacic de la Universidad de Magallanes (UMAG) se abrió a este evento organizado por la Unidad de Derechos Humanos, Inclusión y Ciudadanía de la UMAG, la Agrupación Cultural y de DD.HH. “Orlando Letelier” y la Secretaría Regional Ministerial de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, y cuyas palabras iniciales estuvieron a cargo de Anahí Cárcamo Águila, Rectora (S) de la UMAG.

El seminario centró su foco en un reciente proyecto de recolección y levantamiento de información en torno a la propuesta para declarar Monumento Histórico Nacional los camarines del Estadio Fiscal de Punta Arenas, en el marco de un convenio firmado entre la Agrupación Cultural y de Derechos Humanos Orlando Letelier y la SEREMI de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Al respecto, Rodrigo González destacó el rescate de aquellas dependencias, dando cuenta que en todo Chile los recintos deportivos tuvieron una lógica y connotación de detención, tortura y secuestro en aquellos años, al poder concentrar a muchas personas.

Graficó que los camarines “Whisky” y “Eco” del Estadio Fiscal sirvieron como centro de detención y tortura entre 1973 y 1974, por los cuales pasaron más de dos centenares de prisioneros, incluso sin estar aún inaugurado el recinto, lo que ocurrió recién a fines de marzo de 1976. Aquellas memorias estuvieron a punto de ser borradas y por consecuencia, negadas, considerando que en el gobierno anterior se licitó un proyecto de obras para remodelar el estadio, pese a realizarse una solicitud formal para reconocer los camarines como sitio de memoria, lo que movilizó a la Agrupación Orlando Letelier a tener que realizar gestiones para frenar esta eventual licitación en una instancia de diálogo con el Ministerio del Deporte.