La vuelta a la presencialidad conforme fue mejorando la situación sanitaria por la pandemia, se convirtió en la mejor oportunidad para que muchas y muchos universitarios retomaran sus anhelos de estudiar en el extranjero. Y es que, en la actualidad, la opción de viajar y vivir una experiencia académica en otro país del mundo está a la vuelta de la esquina, gracias a la variada oferta de becas, convenios y redes que existe en el ámbito de la educación superior y que, se acrecienta, a medida que la movilidad resulta exitosa.
Desde el sur austral, el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Magallanes (UMAG), ha sido testigo de este dinámico proceso, pues decenas de sus estudiantes han estado cursando una pasantía en universidades extranjeras. Por ello, este año, no fue la excepción y durante el primer semestre, la estudiante y, hoy tesista de Ingeniería Química y Medio Ambiente, Macarena Olmedo Roldán (24), se adjudicó la Beca Santander y estuvo desde marzo hasta julio en la Universidad de Málaga.
Ya de regreso, Macarena admite que fue una buena elección, pese a que, al inicio, no tenía muchas expectativas de lograr ganar la beca. “Postulaban muchos, y cuando me la gané, me di cuenta de la magnitud de lo que había ganado. Eso me puso muy contenta. Además, conocí gente muy linda, la Universidad me brindó muchas herramientas y los profesores muy bien. Al principio, me costó porque es conocido que los andaluces hablan muy rápido entonces no entendía y era algo que me frustraba, a lo que se sumó el impacto de volver a las clases presenciales en una universidad que no es la tuya. Pero lo más importante es que todo funcionó bien, mis calificaciones fueron muy buenas y mis profesores estaban muy contentos, así que fue una experiencia enriquecedora para mí”, manifestó.
En dicha casa de estudios, la alumna de quinto año cursó las asignaturas de tratamiento de residuos sólidos y tratamiento de efluentes gaseosos, “dos ramos súper ambientales” enfatizó, agregando que le sirvieron como un proceso preparatorio para el desarrollo de la tesis que se encuentra realizando y que lleva por título “Recirculación de lixiviados en Centro de Gestión de Residuos Sólidos de Tierra del Fuego por medio del Software MODUELO”.
“El objetivo es realizar la innovación de la recirculación de los lixiviados dentro de la misma zanja de disposición, haciendo que ésta funcione como un reactor biológico, sin necesidad de tener una planta de tratamiento de aguas externa para tratar la línea líquida, ya que en Chile -y bueno, no solamente en Chile, sino que a nivel mundial- es muy difícil que los lixiviados salgan en norma por la cantidad de carga contaminante que poseen, así que estoy muy contenta, porque de esa manera, vamos contribuir a mejorar el medio ambiente en Tierra del Fuego”, comentó.
Esto porque, su proyecto, se desprende directamente de una iniciativa del Gobierno Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena, donde realizó su práctica profesional. “Es un proyecto súper lindo porque busca potenciar a la gente de Tierra del Fuego y además poder gestionar sus residuos sólidos de manera eficaz considerando, a su vez, toda esta batalla medioambiental que tenemos ahora como sociedad”, dijo, precisando que pudo aplicar parte de sus conocimientos adquiridos en España gracias al contacto que su profesor guía, el Dr. Claudio Gómez, le dio y facilitó para aprender el uso del software MODUELO cuyo propósito es la simulación de vertederos de residuos urbanos como herramienta para su diseño, diagnóstico y seguimiento.
“Este trabajo es la demostración misma de que nuestras alumnas y alumnos están preparados para solucionar problemas reales y que, además, no solo los preparamos como ingenieros e ingenieras para desempeñarse aquí en el fin del mundo, sino que también afuera, siendo capaces de utilizar en nuestra realidad, herramientas muy avanzadas, así que estoy muy orgulloso del trabajo de Macarena”, expresó Gómez, quien, además, es el actual decano de la Facultad de Ingeniería de la UMAG.
Y como es la lógica del intercambio, están también quienes llegan, como el estudiante español Didac Rodríguez Bifet (23) de la Universidad Autónoma de Barcelona. El joven, de cuarto año de Ingeniería Química, llegó a Punta Arenas en agosto fruto de un convenio de movilidad impulsado por su propia institución. Después de un mes, admite que “ha sido un cambio muy brusco porque venía de una Universidad muy grande a una que es más pequeña y se nota, y también el clima, porque pasamos del verano en Barcelona al invierno de acá, que tiene temperaturas muy bajas”.
Sobre sus actividades académicas, afirma que todo ha ido muy bien y que, tanto los laboratorios como los profesores, están bien preparados. En esa línea, valora, por ejemplo, que algunos tengan experiencia en la industria química como Methanex, porque pueden traspasar la experiencia que se vive dentro. En sus proyecciones, en tanto, espera que, al volver, pueda aplicar todo lo aprendido a su trabajo de tesis que, a diferencia del sistema universitario chileno, funciona como un trabajo en grupo donde el tema les es asignado.
“Quiero seguir adelante con la carrera para poder terminarla, así que espero culminar bien mi semestre aquí en la Universidad de Magallanes”, cerró el estudiante.