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ORGULLO UNAB | Romina Santana, creadora de un semillero de talentos en la música

Hace 12 años que Romina Santana se tituló de la carrera de Educación Musical en la U. Andrés Bello. Esta cantante, autora y profesora aporta a la cultura y música chilena a través de la creación de Momentime Music, un semillero de talentos.

“Soy una mujer que no hace las cosas por simple motivación, sino que por convicción”, es la frase que Romina Alexsandra Santana Arriagada dice que la define de la mejor manera.

A sus 33 años, quien se tituló de la carrera de Educación Musical en la U. Andrés Bello en 2010, se ha consagrado como una importante generadora de artistas nacionales y un aporte para la cultura chilena.

¿Por qué decidiste estudiar Educación Musical?
Creo que más que haber decidido estudiar pedagogía en música, fue la carrera la que me encontró a mí. Mi plan, a los 17 años de edad, era estudiar canto popular en la Escuela Moderna de Música, ya había viajado a Santiago desde Punta Arenas (mi ciudad natal) para dar el examen y ya había sido aceptada, sin embargo, por esas cosas que a mi parecer no son casualidad, recuerdo que, en el último minuto, a fines de febrero, mi padre recibió la noticia de que había sido despedido y con ello se terminaba también la posibilidad de estudiar en aquella escuela de música. Fue allí, cuando un joven me cuenta que tenía un amigo estudiando música en la Universidad Andrés Bello de Santiago. Aún me recuerdo que, al revisar la malla curricular de la carrera de Educación Musical, quedé impresionada por la gran cantidad de ramos teóricos y prácticos del área musical, así que no dude en postular. Y bueno, no me arrepiento en absoluto. Allí recibí una gran formación musical, pero además recibí una formación pedagógica que hoy me permite enseñar lo que más me apasiona, la música.

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¿Cómo ha sido tu camino profesional desde que decidiste estudiar esta carrera?
Ha sido un camino de desafíos. Un camino en donde cada temporada te exige más, donde tus mayores lecciones, tanto personales como profesionales, las aprendes de tus mismos errores y desaciertos, pero que finalmente son las experiencias que te ayudan a crecer, a madurar y a saber que puedas dar mucho más. Estudiar esta carrera ya se constituía en un desafío y cuánto más llevarla al plano laboral, en donde había que poner a prueba lo aprendido. Y trabajar en docencia cada día se constituye en un desafío, pues las exigencias tecnológicas y educativas requieren un aprendizaje constante y permanente de sus actores. Por ello, parte de mi camino profesional ha sido tratar de ganar experiencia en varios ámbitos de la educación como lo es, la educación particular, subvencionada y municipal, así como la enseñanza comunitaria, a través de talleres municipales. Asimismo, y de manera paralela, he dedicado algunos años para perfeccionarme en el área de la investigación musical. Es así, como hoy cuento con el título de Magíster en Artes, mención musicología de la Universidad de Chile. Todo esto con el anhelo de seguir creciendo profesionalmente en el área tanto musical como de la enseñanza y la investigación.

¿Qué recuerdas de tu paso por la UNAB?
Llevo en mi memoria, el recuerdo de grandes maestros de los cuales tuve el honor de aprender y, que a pesar de todo el vasto conocimiento y experiencia que ellos llevaban consigo, la humildad y la sencillez eran virtudes que los caracterizaban y que yo admiraba muchísimo. Ese trato cercano y sincero de los profesores es lo que más recuerdo y valoro hasta hoy. Otro recuerdo que también marcó mi paso por la UNAB fueron los seminarios y encuentros musicales organizados por la carrera, donde se concertaban docentes, estudiantes de educación musical de otras casas de estudio, entidades educacionales e invitados de alta talla nacional como internacional en el ámbito de la educación musical como, por ejemplo, Violeta Hemsy de Gainza. Esos encuentros fueron muy inspiradores y gratificantes, llenos de música y de experiencias compartidas mutuamente.