Una nutritiva jornada de reflexión en torno a los desafíos del turismo en Iberoamérica para lograr la reactivación con una mirada sostenible, fue la que se sostuvo en el marco de un seminario internacional organizado por la Federación de Empresarias de Turismo, en el cual la región de Magallanes tuvo una importante participación.
En el evento, además de la visión de la Organización Mundial del Turismo (OMT) se compartieron experiencias de tres países que grafican distintas formas de impulsar el desarrollo de destinos turísticos, con una planificación que reconozca el imperativo de preservar los ecosistemas y el patrimonio inmaterial de dichos espacios. De esta forma, Paraguay estuvo presente dando a conocer el desarrollo del área del Chaco, en tanto que Ecuador resaltó tres diferentes modelos de gestión turística. Y por Chile, se pudo conocer el trabajo realizado para poner en valor y proteger la zona de Seno Almirantazgo, fiordo ubicado al sur de la porción chilena de Tierra del Fuego.
Desafíos globales del turismo sostenible
Alejandro Varela, director regional adjunto de la OMT para la región de las América, invitó a reflexionar sobre los principios del turismo sostenible dentro del marco de la agenda 2030 de las Naciones Unidas. Varela entregó una visión amplia y concreta sobre la hoja de ruta que está impulsando la OMT. Esta se enfoca en las tres fases, que reconocen que incorporar “la variable ambiental al desarrollo del turismo es esencial para lograr la erradicación de la pobreza, el desarrollo a las comunidades y la protección de la biodiversidad”, sostuvo. Valera además llamó a tener en cuenta que aunque el turismo es responsable del 5% de las emisiones de carbono a nivel global, principalmente por las actividades asociadas al transporte, esta debe ser una variable a considerar por quienes intervienen en el mercado del turismo.
La ministra de Turismo de Paraguay, Sofía Montiel, concordó con estos desafíos, y compartió la forma en que su país ha abordado el desarrollo del Chaco, área que hace décadas no tenía ninguna relevancia, y en la cual el Estado ha propiciado un desarrollo que busque respetar la idiosincrasia local, respetando además el patrimonio ambiental. Resaltó por ejemplo el aporte de iniciativas como el Centro de Interpretación del Gran Chaco Americano “que es un gran atractor que mueve al público interno y al que los visita desde el exterior, y genera la motivación necesaria para conocer otros sitios del país.
Por su parte, la exviceministra de Turismo de Ecuador, Ana García Pando, explicó que en dicho país predominan tres modelos de desarrollo y gestión del turismo. El primero se orienta hacia la conservación que se lleva a cabo en torno al parque nacional Islas Galápagos, patrimonio de la humanidad por su exuberante biodiversidad. El turismo comunitario, en tanto, “nace de la iniciativa de los pueblos ancestrales, que se basa en el modelo de convivencia social reconocido desde hace muchos años en la constitución, lo que a su vez genera un modelo de gestión turística único”, explicó. Por último, se desarrolla el turismo privado en ecolodges y otros establecimientos bajo un esquema de incentivos y sellos para un desarrollo amigable con el medio ambiente.
Chile: la experiencia de Seno Almirantazgo
Por Chile, la seremi del Medio Ambiente de la región de Magallanes, Daniela Droguett, compartió el trabajo que condujo a la creación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) Seno Almirantazgo, que busca preservar un área “que funciona como una pequeña Antártica por las especies y tipos de ecosistemas que se encuentran en este lugar, que fue lo que inspiró a crear un área marina protegida en ese lugar”, indicó.
La creación del ACPMU Seno Almirantazgo fue el fruto de un trabajo que se inició en 2009 y que requirió el levantamiento de información sobre la riqueza medio ambiental del fiordo, y un arduo trabajo con las comunidades para determinar las actividades que pueden desarrollarse en dicho lugar. Próximamente, el plan de manejo de esta AMCP-MU será revisado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, lo que permitirá establecer la zonificación del área y determinar la forma en que las actividades económicas, como la pesca y el turismo, se llevarán a cabo para no alterar este delicado ecosistema.
“Las áreas protegidas deben contribuir al desarrollo de economías locales y al resguardo de los servicios ecosistémicos presentes en ellas, lo que incluye al turismo sostenible”, subrayó Daniela Droguett.