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INACH REFUERZA ALIANZA CON PROGRAMA EUROPEO DE POSGRADO

Las estudiantes Nuria Salmerón Quesada (Barcelona, España) y Solenne Belle (Montpellier, Francia) estuvieron hasta la semana pasada en el Instituto Antártico Chileno (INACH) realizando su tesis de magíster para aprobar el International Master of Science in Marine Biological Resources, conocido por sus siglas como IMBRSea. El programa que es coordinado por la Universidad de Ghent, es una de las maestrías internacionales más grandes en el área de las ciencias marinas, y participan once universidades europeas. INACH es una de las instituciones que recibe a estos estudiantes extranjeros. Esta no es la primera vez que participa en dicho programa, ya que en 2019 la estudiante Lea Happel realizó su tesis, estudiando esponjas antárticas. 

Ambas estudiantes hicieron alusión a dicha experiencia exitosa, a lo que se suma el hecho de que en el magíster existe una especie de “bolsa de trabajo” donde se ofrecen diferentes temáticas y que pueden escoger como tema para su tesis. 

Comentan que a ellas les llamó la atención la propuesta del investigador del INACH y especialista en Áreas Marinas Protegidas, Dr. César Cárdenas. Solenne señala que “Él compartió una oferta en nuestro máster, existe una lista de tópicos en los que se puede ofrecer y tú puedes escoger en qué temas hacer tu tesis, nosotras miramos, nos interesó y lo contactamos, la verdad es que fue todo muy rápido”. Su compañera Nuria complementa: “Nos hicieron una entrevista, hablamos de las posibilidades que había para trabajar y al final nos dijeron ‘pues venga, vamos a hacerlo’”. 

Fue así como Solenne llegó a Punta Arenas en noviembre y estuvo colaborando con el investigador del INACH Dr. Lucas Krüger durante el verano austral en Antártica, mientras que Nuria se incorporó en febrero al Instituto.

Expresan que el trabajo que desarrollaron se enfocó principalmente en ecología de pingüinos barbijos y adelia. “Las dos trabajamos con pingüinos, pero cada una con diferentes variables. Por ejemplo, con el barbijo estuvimos revisando datos del 2019 y 2021, en donde hemos visto que hay diferencias ambientales respecto de un año al otro, las aguas están más cálidas, hay menos frío y menos hielo en la superficie y, por tanto, menos clorofila y es menos productivo. Estamos estudiando como de un año al otro afectan los cambios del ambiente a la manera en cómo se alimentan los pingüinos. Algunos resultados preliminares que encontramos fueron que la distancia para buscar alimento depende de la productividad oceánica, o sea, en años más cálidos cuando hay baja de productividad, necesitan moverse más para encontrar alimento y así tienen mayor dispersión y se alimentan más aislados uno de los otros. Entonces estamos viendo esas diferencias a nivel de comportamiento”, explica Nuria. 

Los datos los obtuvieron a partir de dispositivos GPS que se colocaron en expediciones científicas antárticas de los años 2019 y 2021. “Con este GPS puedes obtener el seguimiento, saber dónde han estado, por cuánto tiempo han estado viajando en el océano, qué tan profundo han llegado, en definitiva, mucha información que nos dice el comportamiento de los pingüinos. Por un tiempo largo, tú no puedes ver a los pingüinos y es un misterio porque no sabemos exactamente dónde han estado, entonces con este seguimiento podemos conocer a qué lugares han llegado”, aclara Solenne. 

Efectúan un seguimiento en tres dimensiones (3D) en donde observan variables como la profundidad. “Por ejemplo, al hacer los perfiles vemos si han descendido más abajo, cuánto tiempo han estado en el fondo, lo que pasa es que si encuentran una presa se quedan mucho rato comiendo y aguantan más”, agrega Nuria. 

Este tipo de estudios es de gran utilidad, por toda la información que entregan y que permiten entender de mejor manera el comportamiento de alimentación de los pingüinos y a la vez poder entender potenciales cambios y los factores externos que pueden influenciarlos para posteriormente mejorar las estrategias de protección de estas especies. Este tipo de investigaciones son parte de los estudios de apoyo a la propuesta de Área Marina Protegida en la península Antártica, un trabajo que se realiza en conjunto con Argentina desde 2012.