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En la última semana, hemos podido ver sendos debates de los candidatos presidenciales Boric y Kast. Sobre el particular, podemos comentar que los sucesivos estudios de opinión, que dan por vencedor a Boric, parecen estar causando mella en la estrategia de campaña del candidato de ultra derecha. Las medidas más polémicas de su programa de gobierno, que han sido publicitadas y comentadas, por todas partes, rápidamente están siendo suplantadas por otras. Así ocurrió con la eliminación del Sernam, ahora Kast dice que “Escuchó a las mujeres”, y plantea que mantendrá el Servicio Nacional de la mujer, como si fuera una concesión de su parte. Lo mismo sucedió con la privatización de Codelco, echó pie atrás, por el firme rechazo de los trabajadores de la minería del Cobre, y las críticas transversales, por lo que eso haría a las arcas fiscales. La rebaja de impuestos, que era celebrada con alborozo por los grandes grupos económicos, también pasó a mejor vida. Un país con un déficit fiscal abultado, producto de las medidas sanitarias, los impulsos a la reactivación, y un largo etcétera, hacen inviable cualquier rebaja de tributos.  En resumen, las propuestas de Kast de segunda vuelta, contrastan y se contraponen, no sólo a quien va en la pole position, sino también se contraponen con el candidato Kast de primera vuelta.  ¿A qué propuestas creerles?, no parece importarle a sus fervientes, y apasionados seguidores. Mientras explica las contradicciones, e incluso niega en cámara aspectos del programa, que son leídos en vivo, se presenta impertérrito, impasible. Su expresión, resulta inquietante para muchos, y es comentario de expertos. Puede decir las barbaridades más grandes, sin mover ni una ceja, sin alzar la voz.  Así pasó cuando un periodista le pregunta incrédulo, si era cierto, que pretendía, contar con facultades para ordenar detenciones de persona en lugares que no fueran cárceles. Respondió sin pestañear: “Sí”. El periodista estupefacto, le retrucó, “. pero eso era lo que hacía la Dina y la CNI”. Y así siguió adelante, el candidato a quien los medios, le brindan amplia y benévola cobertura.

Mientras tanto en el Chile real, los trabajadores temen por la mantención de sus empleos, la máquina de campaña de Kast, opera como la de Trump, difundiendo toda clase de noticias falsas. Se anuncia despidos masivos y cierre de empresas, si vence el candidato de la oposición.

Contra esa campaña de mentiras, de injurias y calumnias, la campaña de Gabriel Boric, ha desplegado decenas de miles de voluntarios por todo Chile, para difundir las medidas más importantes de su programa. Una pensión universal garantizada de 250 mil pesos, llegar durante su mandato a un ingreso mínimo de 500 mil pesos. El fin de las AFP y su reemplazo por un sistema público, que administrará los fondos previsionales, con financiamiento tripartito. Una batería de medidas de reactivación económica, apoyo a las pymes y promoción del empleo. Múltiples figuras de la ex concertación, han expresado su apoyo a Boric. Quizás el más importante, por lo que representa, es el presidente Ricardo Lagos, con quien el propio candidato, expresó haber conversado durante varias horas. “Tenemos diferencias políticas, pero lo respeto, y me interesa contar con su opinión y su experiencia”. Una pléyade de economistas de prestigio internacional, que provienen de centros de estudios, universidades, o de instituciones privadas, se han incorporado al equipo de Boric.       

Otro símbolo político máximo, y una de las personalidades más queridas en Chile, este domingo arribó al país, la presidenta Michelle Bachelet, a pasar las fiestas con la familia como cada año. El próximo domingo 19 de diciembre, ella también estará votando por Gabriel Boric.

La centro izquierda, sin formar parte de la alianza de gobierno, será garante y velará por la estabilidad política de Chile. Importantes figuras del Partido Socialista, los ex presidentes Camilo Escalona y Osvaldo Andrade, así lo expresaron. El PS brindará su apoyo y colaboración para que Boric sea presidente, y para que su gobierno pueda llevar a cabo las transformaciones que Chile requiere. Este importante respaldo, sin condiciones ni repartijas de cargos, ni cuoteos, tiene fundamento. Lejos está el candidato Boric, de las caricaturas que la derecha ha hecho. Él, ha sido tajante en denunciar a los regímenes dictatoriales, que se asocian a la izquierda. Y por, sobre todo, se ha mostrado independiente y marcando distancia, con la cúpula del PC. Ha mostrado moderación en sus posturas, y se muestra hoy día, como el líder de un movimiento cercano a la social democracia europea, de la que se declara admirador.  No por nada, su imagen recorre el mundo, como quien se enfrenta a un candidato que encarna, a un sector de la derecha pinochetista.

Varios lo han dicho ya. La elección del domingo 19 de diciembre, pone a Chile, ante una alternativa del pasado y una alternativa de futuro. Kast, invita a revivir un país que ya no existe. Un país donde el orden nace del control, de la intimidación, de la amenaza, y de la restricción de las libertades. Es una invitación a la radicalización del odio, un salto al vacío, que no sólo será malo para  quienes somos de izquierda, sino que será malo para todos los chilenos y chilenas. Boric, en tanto, encarna el Chile del futuro, el que nos invita a soñar, a tener esperanza. No es una invitación, libre de dificultades, se sabe que nunca los cambios han sido fáciles. Pero es el cambio que Chile necesita, para poder retomar la senda de progreso. Para volver a crecer, debemos hacer reformas, largamente postergadas.

Esta es la opción que yo he abrazado, porque creo en la bondad de los seres humanos. Creo que podemos avanzar todos juntos. Creo que nos necesitamos, nadie sobra, y todas las manos harán falta de marzo en adelante. Así se han construido las poderosas naciones del norte de Europa. Así superaron guerras y hambrunas, y así lo haremos nosotros también. Dejando de lado el discurso de odio, dejando de lado la mentira, que es la puerta de entrada de todos los males. Apostando al futuro, por la paz, por la estabilidad, por la verdad.

Ernesto Sepúlveda