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UN RESULTADO IMPROBABLE

El mes de julio, nos deja otro momento para recordar. Tuvimos el día 14 la asunción de los gobernadores regionales, electos por el voto popular. Y el domingo 18 de julio, tuvimos las elecciones primarias presidenciales, más concurridas de la historia. Con más de 3 millones de personas, superando incluso aquellas en que Michelle Bachelet derrotó a Sebastián Piñera. Cuando todos daban por virtuales ganadores, al alcalde Jadue por la izquierda, y al ex alcalde Lavín, por la derecha. Se produjo un resultado improbable. De nada sirvieron las horas y horas de programas de TV, en horario matinal, a los que asistía Lavín con el entusiasmo de un escolar. Tampoco le sirvieron a Jadue, las docenas de adhesiones de grupos tales como canábicos por Jadue, y toda clase de combinaciones, alusivas al Partido Socialista. Tampoco sirvieron un año completo de encuestas Cadem, dejando a ambos en posición ganadora. Este domingo 18, el candidato más joven, con 35 años cumplidos hace poco, de regiones. Gabriel Boric, daba el golpe a la cátedra, haciéndose con un poco más de un millón de votos. Derrotó ampliamente al líder del centenario partido de izquierda. Un triunfo inapelable por más de 60% de los votos. En el caso de Lavín, fue el también improbable. Sebastián Sichel, hasta hace no muchos años, militante DC, que luego migró hacia la derecha. Obtuvo un triunfo claro con el 49% de los votos, los       que agradeció entre otros, a Mariana Aylwin, también ex militante DC. Sin historia política en la derecha, salvo haber sido ministro del gobierno de Piñera, y presidente de Banco Estado. Su estilo arrollador, y una lengua imparable, le conquistó las adhesiones suficientes, para encarnar lo que ayer fue el propio Piñera, el candidato presidencial de la derecha.

                        Pero volvamos a Gabriel Boric. Tan rotundo fue su triunfo, que se inscribe como el segundo triunfador en primarias, después de la ya mítica Michelle Bachelet, quien no ha podido ser superada, con su millón y medio de preferencias. La cara del alcalde Jadue lo decía todo. Se tardó una enormidad en salir a reconocer el triunfo de su compañero de fórmula. Algo pocas veces visto, ya que lo que se estila es un rápido reconocimiento. Otrora se sellaba con una llamada telefónica, para una posterior visita, y saludo enfrente de los seguidores. En este caso, eso se dilató, primero Jadue les habló a sus seguidores, flanqueado por el representante del secretariado del PC, Lautaro Carmona, quien lo flanqueó en todo momento.  En un estilo algo críptico, reconoció el triunfo de Boric, para rápidamente asumirlo como propio. Incluso se permitió lanzar admoniciones contra su némesis, la ex concertación. Finalmente, concurrió a dar el saludo de rigor al justo y rotundo triunfador de las primarias.

                        El escenario político que se abre, era lejos el menos esperado. Pero era lo mejor que podía pasar. El candidato del PC hizo una campaña dirigida a los sectores más ultra de la izquierda. Desplegó un discurso agresivo y confrontacional, que la ciudadanía rechazó. La campaña de Boric, apeló al dialogo., al entendimiento, a la empatía, sin dejar nunca de plantear su proyecto político. Finalmente venció un estilo de liderazgo renovado, más jovial, y más cálido.  Se despejó las candidaturas presidenciales de la derecha y la izquierda para noviembre de 2021. Pero falta la otra parte del espectro político, la centro izquierda. Cómo nos lamentamos de no haber podido votar por nuestra candidata Paula Narváez, en esta primaria. Pero ocurrió así, quedamos fuera. Nos tocó ver por TV, el mayor ejercicio de primarias legales, que haya tenido lugar en nuestra historia. ¿Y quién responde?, nadie. Ni uno sólo de los dirigentes políticos que ha tenido responsabilidad en la conducción, ha hecho asomo de hacerse cargo, de este descalabro. En el intertanto, se espera, una definición que la falange ha demorado excesivamente. El sector del socialismo democrático, el sector liberal de izquierda, la izquierda moderada y socialdemócrata, debe estar representada en la elección de noviembre. Es lo que corresponde en democracia, que se discutan los proyectos políticos, los proyectos de sociedad, de cara a la ciudadanía. Una definición de candidatura entre cuatro paredes, sin primaria legal ni convencional, está destinada al fracaso. Lo vivimos en 2017, en la gestación de la candidatura de Guillier, y por el lado, también vimos lo que pasó, con el camino propio de la falange.

                                   La poll position de la carrera de noviembre, la tiene nuestro joven candidato presidencial de Magallanes, Gabriel Boric. En todas las primarias efectuadas hasta ahora, quien ganó la primaria, ganó la presidencial. Pero no todo está dicho. Aún restan factores que intervendrán. La verdadera campaña presidencial, iniciará cuando se pueda debatir el programa de la centro izquierda, un proyecto realizable, financiable, y por sobre todo, que garantizará gobernabilidad y estabilidad. Eso es lo que Chile espera.

                                         Es lo nuestra sociedad necesita. Y lo que nuestra candidata Paula Narváez propone, procesar las diferencias, mediante el dialogo. Eso es lo que garantizará el avance en las transformaciones sociales. Es lo que la centro izquierda, representa. Por eso, hemos estado recorriendo Chile. Mostrando el proyecto de Paula Narváez, en las calles, plazas y poblaciones. Hemos expuesto y discutido las propuestas, que llevaremos a la campaña presidencial de noviembre. No será una camarilla de jerarcas de partido, los que detendrán esta marcha.  Que al igual que esa improbable noche del 18 de julio, sea el pueblo el que decida, sin más vetos ni exclusiones.

Ernesto Sepúlveda Tornero