Sr. Director:
Ante el impacto público de mis palabras acerca de la injusta restricción impuesta por el Ministerio de Salud a la realización de celebraciones religiosas en la fase 2 o de “Transición” del plan “Paso a paso”, quisiera puntualizar:
- Mis palabras es preciso situarlas en el contexto de la región de Magallanes y la situación que actualmente estamos viviendo en la pandemia.
Hemos pasado un año muy complejo con cuarentenas muy prolongadas y, actualmente, estamos en una mejor situación en cuanto a la tasa de contagios y la disposición de camas críticas. Tanto es así, que hoy mismo, se ha decretado que las comunas de Punta Arenas y Puerto Natales pasen a la fase 3 o de “Preparación” en el plan “Paso a paso”.
A lo largo de este tiempo de pandemia hemos sido respetuosos de las indicaciones y normas de la autoridad sanitaria y, en la nueva situación en que nos encontramos esperamos que todos la vivamos con mayor responsabilidad.
- En la región de Magallanes conocemos bien lo que significa el centralismo y las consecuencias de decisiones que son tomadas en la capital y de acuerdo a las situaciones que allá se viven, las cuales pasan a determinar la situación vital de quienes habitamos en otra geografía, en otro contexto cultural o -en este caso- en otra situación sanitaria, distinta a la que están viviendo en Santiago y otras regiones del país.
Así lo señalé en mi declaración del sábado recién pasado, cuando se dispuso el endurecimiento a nivel nacional del Paso 2 “Transición”, restringiendo la realización de actos de culto religioso: “El sentimiento de muchos católicos magallánicos, es que el costo de las medidas restrictivas recae sólo en algunas actividades y no en otras, al mismo tiempo, estas medidas no han respetado el caminar propio de cada región, dándole así una suerte de discriminación arbitraria, expresión del centralismo que vive nuestro país”.
- Nos alegramos que actualmente las ciudades de Punta Arenas y Puerto Natales hayan pasado al Paso 3 “Preparación”, lo cual muestra por sí mismo lo injusto que era imponer a nivel nacional las nuevas restricciones del Paso 2 “Preparación”, sin tener en cuenta la situación que viven otras regiones del país, distintas a la región metropolitana.
- Además de esta situación que hemos vivido como región de Magallanes, lo cual es el contexto de mis palabras en que señalé que no seguiremos una norma que consideramos injusta, es preciso tener en cuenta que la norma impuesta por la autoridad sanitaria a nivel nacional no sólo no contribuye a la necesidad espiritual de nuestros fieles, sino -como lo señalé en mi declaración del sábado recién pasado- “lo sentimos como un atentado a la libertad religiosa, que se encuentra consagrada en nuestra Constitución Política”.
- Lamento mucho que mis palabras no hayan sido comprendidas dentro del contexto en que fueron pronunciadas, o el malestar que por esta razón pudieron haber causado. Pido sinceras disculpas a quienes se hayan sentido ofendidos por ellas.
Bernardo Bastres Florence
Padre Obispo de Punta Arenas