Cualquiera sea el contenido de nuestros deseos, para este año 2021, es muy probable, que a muchas personas ya se les han ido cumpliendo. Sobre todo, en el hemisferio norte, donde inician el año, con el esperado cambio de mando en los Estados Unidos. La tensión producida por los funestos eventos del 6 de enero, con el asalto al Capitolio, sumado a la renuencia de Trump, a aceptar su derrota, fueron generando un estado de ansiedad extremo. Finalmente, la asunción de Joe Biden y Kamala Harris, se produjo sin contratiempos, y con ese sentido del espectáculo, que caracteriza a los norteamericanos. Creo que, a los demócratas del mundo entero, emocionó la ceremonia. Incluso en América Latina, donde no somos particularmente fan del tío Sam, se espera el inicio de una nueva relación. Destacable en el discurso del presidente Biden, su tono, solemne, consciente de que le habla a la historia. Su ferviente llamado a la unidad, y a trabajar todos juntos para sanar el alma del país, de las heridas del racismo, del negacionismo. Su llamado y compromiso a derrotar a la pandemia, en Estados Unidos y en todo el mundo. Es el tono que esperamos de nuestras autoridades en Chile. Actualmente, el descredito y la falta de adhesión del gobierno, está impactando, en las medidas sanitarias. Un gobierno que cae y cae en las encuestas, y que ya ha sido atrapado por el frenesí electoral, en sus propias filas, no encuentra ni el tono, ni los rostros para dirigir el último año de gobierno.
En Chile, cuando aún no hemos podido controlar los contagios, y en muchos hospitales se encuentran al 100% el uso de las camas clínicas, está fallando el acatamiento de las medidas de restricción sanitaria: Distanciamiento físico, uso de mascarilla, lavado frecuente de manos. Cuanto, de esta falta de acatamiento, corresponde, ¿a una errada forma de rechazo al gobierno? Es lamentable, porque estamos viviendo tiempos desesperados. Son tiempos donde un mínimo sentido de preservación, debiera llevarnos a todos, al respeto estricto de las medidas sanitarias. Se suceden todos los días, las declaraciones del colegio médico, en cada región, llamando a la población a la responsabilidad. También se repiten las críticas a la gestión sanitaria, que ha sido errática. Por un lado, cuarentenas y por otro, permisos de vacaciones.
En Magallanes, hemos vivido antes que el resto del país, la primera ola de contagios, y ahora, nos encontramos desde ya hace meses en la segunda ola. El año pasado vivimos los peores momentos, desfasados del resto del país. Gracias a eso, pudimos contar con apoyo de personal que viajó desde distintos lugares del país. En este momento, la situación es diferente, todas las regiones viven momentos críticos, no existe la posibilidad de apoyar o refrescar a los equipos de salud. Esta semana en un programa de la Tv local, el doctor Jorge Flíes, hizo un llamado urgente al autocuidado, a respetar las medidas sanitarias. Sus palabras sobre el agotamiento del personal de salud, deben hacernos reflexionar como comunidad. Es lo que corresponde, que quienes aspiran a conducir la región de Magallanes, pongan su capital político a disposición, de la causa de todos. No puede haber campaña electoral, si no hemos logrado terminar esta tarea. Es un gesto que debe destacarse, del mas probable gobernador regional de Magallanes, continuar trabajando en el hospital. Seguir sirviendo allí donde hoy es la verdadera primera línea. Eso es lo que Magallanes, y el país necesita. Mirar mas el bien común, que el interés particular, o partidista.
Un espíritu de unidad, de reconstrucción, como el que trata de encender el presidente Biden en los Estados Unidos. Un espíritu de trabajo conjunto, de esfuerzo, de sacrificio, de gestos altruistas, eso es lo que necesita la sociedad chilena. Dejar atrás la polarización actual, las odiosidades personales, el discurso excluyente, la estigmatización del que piensa distinto. Un espíritu que mire nuestros grandes objetivos comunes, nuestras grandes coincidencias. Es lo que requiere la convención constituyente. Personas dispuestas a aportar con generosidad, sin prejuicios. Y es imprescindible, una ciudadanía informada.
Tenemos hoy dos tareas fundamentales. Cumplir todas las medidas sanitarias en forma estricta. Y, estudiar detenidamente, las propuestas de las listas de constituyentes. El futuro de nuestros hijos depende de las decisiones que tomemos en abril. Mas allá de rostros conocidos, o consignas vistosas, las ideas de futuro, el proyecto de región, el proyecto de país. Nuestra capacidad de crecer y desarrollarnos plena e integralmente como personas, depende de lo que votemos.
Las tareas de hoy, son muy similares en el norte del continente, como en el extremo sur. Un trabajo riguroso, fundado en ciencia y en datos duros, para controlar la pandemia. Una invitación a construir unidos el futuro común. Y qué será mas importante, que hacer eso desde el territorio mas austral.
Unidad en Magallanes, para derrotar a la pandemia, para salvar vidas, y Unidad en Magallanes detrás del proyecto del mañana, por la Región que queremos.
Ernesto Sepúlveda Tornero