Estas primeras semanas de 2021, siguen probando nuestros límites como humanidad. La pandemia Covid, sigue afectando con mucha fuerza, y el saldo de personas que han partido, ya supera dos millones de almas en todo el mundo. Los esfuerzos mancomunados, que están haciendo todos los países para acceder a las vacunas, y para inocular a su población, son esfuerzos que nos hermanan. Estamos enfrentando, esta prueba de vida, con nuestras virtudes y nuestros defectos. Y seguimos viendo la actitud ejemplar de las personas mayores. Son quienes han aceptado, con mejor ánimo, y con mayor paciencia las restricciones sanitarias. En esto, mención especial merecen los trabajadores de los sectores esenciales, que han mantenido la producción de bienes y servicios imprescindibles. Ellos han conseguido actuar con una responsabilidad y disciplina admirables. Sus indicadores sanitarios, tasa de contagios, y respeto de medidas de prevención, son ejemplares. Gracias a ellos, hemos podido disponer de alimentos, medicamentos, servicios sin los cuales, nuestra vida en pandemia sería una calamidad. Lo anterior, pone de relieve, y de forma deplorable, la actitud irresponsable de ciertos grupos de población, que arman fiestas y celebraciones de todo tipo, sin respetar las medidas sanitarias. Se han comentado, las fiestas de fin de año, en Cachagua. Pero también ha sucedido en Santiago, y otras ciudades del país. Pareciera que, a ciertas personas, les importa más disfrutar con amigos un par de horas, que cuidar a sus padres o abuelos.
La estrategia paso a paso, de la autoridad sanitaria, ha despertado muchas críticas, sobre todo, por los denominados permisos de vacaciones. Estos prácticamente permiten recorrer el país, aumentando el riesgo de circulación del virus. En todo caso, está comprobado que las prolongadas cuarentenas, los confinamientos severos, no fueron efectivas. Hoy se está adoptando estas medidas, sujetas a un plazo, lo que encuentra fundamentos técnicos, pero también considera los efectos del prolongado aislamiento.
En medio de este panorama, de preocupación y alerta, surgen buenas noticias, que nos llenan de esperanza. Las campañas de vacunación iniciadas en los países desarrollados, comienzan a producir efectos positivos. Me refiero al caso del estado de Israel, que ha logrado al 14 de enero, vacunar al 25% de su población. Casi dos millones de personas, sobre nueve millones y medio de habitantes. La estrategia adoptada allí fue iniciar la vacunación con el personal de salud y la población de riesgo, sobre 65 años. Y la noticia relevante, es que han anunciado que, transcurridos 14 días desde la primera dosis, los contagios se han reducido en un 50% en dicha población. Las autoridades de Israel, han definido como objetivo aplicar 170 mil dosis diarias, para lograr vacunar a 5,2 millones para fines de marzo.
Para poner en contexto la cifra de Israel. Hay que considerar que, al 14 de enero, Emiratos Árabes Unidos, ha vacunado al 17% de su población. Bahréin al 6% de su población. Reino Unido al 5,4% de su población. Estados Unidos al 3,7% de su población.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. En América Latina, los países que más vacunados tenían al 6 de enero de 2021. Chile ha vacunado a 10.699 personas, lo que representa 60 vacunados por cada 100 mil habitantes. Argentina 107.542 vacunados, 240 vacunados por cada 100 mil habitantes. Costa Rica, ha vacunado 9.751 personas, 190 vacunados por cada 100 mil habitantes. México ha vacunado 87.060 personas, 70 vacunados por cada cien mil habitantes.
El saludable efecto, constatado en Israel, con la reducción ostensible de la tasa de contagios, posterior a la vacunación, nos da la esperanza, de que, en Chile, se pueda lograr ese mismo efecto. Pero se requiere implementar una campaña de vacunación masiva. Nuestro país, en una gestión acertada del gobierno, se ha adquirido 84 millones de dosis de vacunas. Lo que equivale a 4,4 dosis por cada habitante. México adquirió 179 millones de dosis, que equivale a 1,4 dosis por habitante. Argentina, adquirió 47,4 millones de dosis, que equivale a 1,1 dosis por habitante. Brasil ha adquirido 196 millones de dosis, lo que equivale 0,9 dosis por habitante. Y Colombia ha adquirido 29 millones de dosis, lo que equivale a 0,6 dosis por habitante.
En Israel y en Estados Unidos, se ha logrado abarcar a cientos de miles de personas por día, gracias a puntos de vacunación de fácil acceso. En estadios, en garitas de peaje (donde las personas son inoculadas en su auto sin necesidad de bajarse). Con atención las 24 horas del día.
Mientras eso no suceda, debemos respetar irrestrictamente las medidas sanitarias. Mascarilla, distanciamiento físico, no asistir a reuniones con más de 5 personas. Ante primeros síntomas, aislamiento inmediato del afectado, y de sus contactos estrechos. Y consulta médica posterior, para aplicación de test PCR. Adicionalmente se puede adquirir, y aplicar Test rápidos, con resultados en minutos, y que son de gran efectividad. Las autoridades de gobierno deberán implementar nuevos planes de ayuda, para las personas y las empresas, anticipando los efectos de una nueva ola, que puede ser mas agresiva que las anteriores. Los organismos financieros internacionales aconsejan, gastar ahora los recursos, y de ser necesario, los países deberán endeudarse y gastar más, para enfrentar los efectos de la pandemia. Esta tarea de largo aliento, no sólo involucra a los gobiernos y a las empresas, también la banca debe participar, flexibilizando las condiciones de crédito, y ayudando a personas y emprendedores. Esto justificaría, en parte, las ganancias fabulosas que siguen obteniendo en medio de la pandemia.
El efecto constatado en estudio efectuado en Israel, a población inoculada, con reducción de un 50% en la tasa de contagio, a los 14 días de vacunadas. Abre una luz muy potente de esperanza, la campaña de inoculación iniciada en Chile, nos puede conducir hacia allá. Mientras tanto, la responsabilidad, es la única vacuna.
Ernesto Sepúlveda Tornero