Mucho se habla o hablamos del Adulto Mayor, de la salud mental, antes, y durante la pandemia, diagnóstico, procedimientos, proceso educativo, altruismo educativo, oxigenación de nuestro cerebro, círculos de apoyo, organización de familiares, responsabilidad social educativa de la Educación Superior, etc. Son tantas opiniones vertidas, tantos diagnósticos expresados, tantas predicaciones desarrolladas, cuantos consejos entregados, sin embargo, creo que falta agregarle la acción, el procedimiento, para mejorar el diagnóstico y encontrar la solución, impregnada además, con valores realizables, que enriquezcan esa acción.
Siempre me ha gustado expresar en términos de competencias, las que están formadas de tres elementos, el saber, el saber hacer y el saber ser, ya que con ellas me siento más cómoda y me resulta más fácil desarrollar ideas, elaborarlas, e impregnarlas del saber ser, de valores.
Los párrafos precedentes y su planteamiento obedecen a que hoy quiero referirme a la dulce edad que vivo y comparto con el 18 % de chilenas y chilenos, la tercera edad. Es por ello que quiero en esta columna plantearles un diagnóstico proveniente de estudios desarrollados hace unas semanas donde se analizó la salud mental de los adultos mayores durante la Pandemia. El análisis estuvo centrado en la depresión, en las inequidades dentro de las mujeres, adultos que enviudan y también quienes tienen menores niveles de educación sistemática. En nuestro país, las ancianas y ancianos se encuentran en los peores momentos de desafección, sus mochilas casi vacías de recursos, de apoyos, sin embargo, saturados y saturadas de visiones que acarrean de la mano tortugas acompañantes, Margaritas, que llenan sus imaginaciones enriquecidas de alucinaciones que hacen más difícil a sus cuidadores su loable misión de cuidado, que hacen con tanto amor y cariño. Agregar además, que el Recurso intangible de mayor valor procedimental en el acompañamiento del adulto mayor, es el AMOR Y LA CALIDEZ DEL TRATO.
Esto lo relato en primera persona, ya que lo que aporto hoy día son hechos reales que me han tocado vivir, por dieciséis meses, junto a mi bella madre, que con tanta inteligencia y fuerza de mujer Mapuche Güilliche, formó a cuatro hijas e hijos, todos y todas profesionales, y sus nietas, nietos y bisnietos, hoy aportan al desarrollo del país. Y ella, con sus 98 años, aún entrega sabia renovadora.
Al vivir y experimentar una realidad que es la de muchos y muchas hoy en día, me pregunto, ¿y bien, donde está el saber, lo procedimental para la acción?
ALTRUISMO EDUCATIVO
Por mi formación y mi vida profesional, considero la Educación como el único proceso, que puede transformar a los seres humanos y encontrar un camino con luz y esperanza para recorrerlo el resto de la vida. Pero como encontramos la manera de vincular este proceso formador de seres humanos, con la importancia y relevancia de considerar dentro de si, un espacio para impregnarse de la realidad de la etapa de culminación de nuestra vida terrenal.
El currículum educacional debería priorizar desde su inicio, la responsabilidad de cada ser humano por su vida, pero ello no se hace solo, somos las personas las que tenemos que ocuparnos, desde lo personal y también y principalmente desde lo colectivo y con ello me refiero a las personas que tienen el poder y la injerencia para hacerlo, tanto el ámbito político como social. Es así que quienes ostentan un cargo de representación ciudadana, tienen que tener dentro de sus programas y cumplir con el desarrollo de iniciativas que aborden un tema tan importante como delicado y ese es, ocuparnos en realidad de la generación de adultos y adultas mayores, que cada vez más, se convierten en un segmento que crece en número cada día, y con ello también crece su nivel de vulnerabilidad en lo económico, social y de salud.
En su sentido más amplio, la educación es el proceso por el cual se transmite el conocimiento, los hábitos, las costumbres y los valores de una sociedad a la siguiente generación.-
El Mundo que hemos creado es parte del proceso de nuestro conocimiento, no se puede cambiar, sino cambiamos nuestros pensamientos: ”Cuidar nuestros pensamientos, pues se convertirán en nuestras palabras, cuidar nuestras palabras, que se convertirán en nuestros actos, cuidemos nuestros actos, que se convertirán en nuestros hábitos. Cuidemos nuestros hábitos, pues se convertirán en nuestro destino” No puedo dejar de recordar ese texto que alguien dijo alguna vez, pero que hoy para mi cobra una especial relevancia y significado. Yo agrego, “ESPERO QUE EN EL DULCE CAMINO DE MI VEJEZ, NO ENCUENTRE TRISTEZA EN MI ALMA, YA QUE SIEMPRE SEMBRÉ BUEN HUMOR, AMISTAD, ALEGRÍA Y BUENA CEPA, QUE A VECES ME QUISIERON QUITAR….”
COMO APORTO DESDE EL SABER HACER
Como seres humanos debiéramos también, hacernos cargo de nuestro autocuidado, y asi complementar la ayuda a nuestro organismo para un mejor envejecer. Por ejemplo:
- Oxigenar Nuestra mente y nuestro cerebro, rodeándonos de plantas y vegetación
- No perder la costumbre de caminar o andar en bicicleta, animarnos a hacerlo.
- En la noche al despertar, aprovechemos ese tiempo en inhalar mantener la respiración y exhalar, que rico, tú y yo podemos, todo tiempo es importante, no dejar ir ningún segundo, así como alimentamos nuestro cuerpo, debemos alimentar nuestro cerebro con la respiración adecuada.
- Alimentémonos en lo posible, en forma balanceada y aprovechemos frutas, verduras.
- Cuidar nuestro cerebro de “mates amargos” que intoxican nuestro cerebro con negativismos que a veces encontramos en nuestro entorno.-
- Procurarnos un sueño reparador, nuestro cerebro lo necesita y se lo merece.
QUE HAGO YO POR MI
Saber envejecer es una obra maestra, de la cual quiero ser su más fiel protagonista. Es por ello que río, sueño, trabajo, escribo y estudio en meet y zoom, mezclándolo muchas veces con un buen libro y también con letras que representan mi sentir. Quiero vivir el atardecer de mi vida con el mismo ahínco, con la misma fuerza, alegría y buen humor de mis bellas mañanas; quiero que mi bella ancianidad sea mi recompensa, por una vida buena, sin dobleces, con autenticidad, una buena vida de crecimiento, una vida en la que he tratado de dejar en cada persona que conocí, en cada joven que apoyé a formar, un poco de mi alegría de vivir, pues vivir es un regalo y los regalos se disfrutan.
“QUE TU VIDA SEA LO QUE TÚ DECIDAS, NO LO QUE OTROS DECIDAN POR TI. MI ALMA, SE INFLAMA DE FE Y AGRADECIMIENTO, AL VER QUE LA MAYORÍA DE MIS ESTUDIANTES, AMIGAS Y AMIGOS, ME HAN ACEPTADO TAL COMO SOY”
PROCESO CONSTITUYENTE
Estamos en una coyuntura histórica en nuestro país, ante la posibilidad cierta de lograr avanzar con algunos cambios, pues no pretendo pensar que con este proceso se va a revertir este mundo actual, pero si tenemos que intervenir a través de nuestros representantes, para poner en el control ciudadano y en la principal carta que representa una voluntad originaria, soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado, dándole personalidad y representatividad. Este Proceso Constituyente es una instancia donde además de generar todas las oportunidades para facilitar y posibilitar la importante participación de los y las adultas mayores, con sus aportes, su nivel de experiencia y su sabiduría, también quienes tengan la responsabilidad de plasmar en el papel la historia, considere lo necesario para la dignificación de este grupo etareo que tanto ha estregado al país y a su gente desde los distintos escenarios desde donde ha trabajado.
Que las ideas planteada a través de esta columna, sea un mensaje vivo de energías positivas, en este período especial que vivimos. Cuidémonos todos merecemos prontamente, encontrarnos en el patio de la vida, a festejar el dulce milagro de la vida………GRACIAS ¡!!!!!!!! Nos encontraremos, en algún recodo del camino…
Teresa Lizondo Loncomilla
Colectivo Vanguardia Comunitaria