El 2019, Serviu diseñó el proyecto piloto “Mejoramiento estándar urbano Costanera del Estrecho”. A semanas de que esta obra sea entregada a la comunidad, el Minvu valora el aporte de los vecinos y vecinas y fundamentalmente, de personas con discapacidad, que, a través de un análisis en terreno, indicaron los requerimientos de dicho espacio público para dar cumplimiento al Decreto N°50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones y el Proyecto Piloto Ciudad Inclusiva.
Fue así, como a las habituales jornadas de participación ciudadana, el Serviu sumó un taller in situ, efectuado en febrero del año pasado, que permitió recorrer el área en diseño y precisar los elementos de accesibilidad universal de la iniciativa piloto “Ciudad Inclusiva”. El director regional del Serviu, Dubalio Pérez, indicó “Respecto al proyecto ‘Mejoramiento estándar urbano Costanera del Estrecho’, entre Club Hípico y José Velastegui, quiero señalar que fue un trabajo desarrollado, desde su inicio en la etapa de diseño, en conjunto con la comunidad entre los que destaco a la junta de vecinos del sector y en forma muy especial con Agaci y otras organizaciones que trabajan por la inclusión de personas con discapacidad, ya que son quienes en definitiva usarán este espacio al contar con elementos de accesibilidad universal y seguro para ellos”.
La autoridad agregó que se trata de una iniciativa “donde los elementos principales del proyecto Ciudad Inclusiva fueron incorporados, con pasos peatonales con ruta accesible, áreas verdes y especialmente zonas demarcadas con seguridad para personas con discapacidad. Esperamos que, durante el mes de diciembre, podamos entregar esta obra a la comunidad”, adelantó. Las obras que cambiaron el rostro de un sector que antes era definido como inseguro por los residentes. incluyen una zona de juegos, sector de estacionamientos para personas con discapacidad y público general, pasos peatonales continuos, una multicancha y zona de ejercicios en honor al vecino Silvio Villarroel.
Luis Triñanes, integrante de Agaci, fue uno de los asistentes al taller y respecto a la actividad señaló “Me parece maravillosa la experiencia, ya que permitió palpar en terreno las necesidades de personas que presentan diferentes discapacidades, considerando a personas ciegas como mi caso, y también a quienes usan silla de ruedas o usan bastón como apoyo por movilidad reducida. Esto es importante que se realice en la etapa de diseño y en todos los proyectos, ya que una vez que están construidos es poco probable que sean modificados”.
Luis Triñanes informó que, junto a otras organizaciones de personas con discapacidad que integran la macro zona sur del país, han evidenciado que la normativa debe considerar particularidades de los territorios, como por ejemplo el factor climático de las regiones de Aysén y Magallanes donde los suelos se cubren de escarcha o nieve y se presentan fuertes vientos, requiriendo adecuar los proyectos a estas condiciones.
María Antonieta Barrientos, fue otra de las participantes en el taller de diseño, en su calidad de integrante del Consejo de la Sociedad Civil del Serviu y su condición de persona ciega. Respecto a la actividad comentó “Es muy importante que consideren nuestra opinión, ya que la finalidad es que estos proyectos sean accesibles y seguros para todas las personas y que por lo tanto puedan ser usados por adultos mayores, personas con movilidad reducida y con discapacidad”.
La dirigente y representante de la agrupación “Bitácora Vientos Patagónicos”, recuerda que en el trayecto realizado se encontraron portones abiertos hacia afuera, autos mal estacionados, ripio, pastelones de cemento, arbustos sin podar y basureros instalados en plena acera, por lo que recalcó que, junto con el diseño accesible, se requiere mayor conciencia de parte de los vecinos y fiscalización constante del cumplimiento de la normativa.
El desafío de construir viviendas con accesibilidad universal
El Programa Fondo Solidario de Elección de Vivienda DS49, considera en la evaluación de los proyectos, un puntaje adicional por cada integrante del núcleo familiar que posee acreditación de discapacidad y otorga un subsidio complementario para adaptar la vivienda a los requerimientos especiales según el tipo de discapacidad.
En vista de que este beneficio no siempre era usado por las Entidades Patrocinantes, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo emitió en julio del presente año, una Circular que instruye la aplicación de este beneficio y lo califica como irrenunciable. Dicho subsidio es de 20 UF y puede llegar a 80 UF cuando el postulante u otro integrante del núcleo familiar, con discapacidad, presente movilidad reducida acreditada por la COMPIN, recursos que deben ser destinados a implementar en la vivienda, obras que contribuyan a paliar las limitaciones que se deriven de la condición de discapacidad y que se encuentran normadas en el Decreto DS49. El Serviu debe velar por la aplicación de este subsidio, inclusive cuando la situación de discapacidad y su acreditación se produzcan posteriormente a la calificación del proyecto habitacional o en etapa constructiva.
Por su parte, la Entidad Patrocinante del Serviu, ha realizado desde hace varios años, diseños de viviendas adaptados a la condición de discapacidad de sus residentes en los conjuntos habitacionales “Pueblos Originarios” y “Barranco Amarillo” de la comuna de Punta Arenas y “Natales Oriente” de la comuna de Natales.
Carolina Quintul, madre de Carlos Muñoz, uno de los beneficiados con esta medida y vecino del conjunto habitacional “Pueblos Originarios” cuenta que su hijo integraba una agrupación de vivienda antes de que se le desencadenara una enfermedad diesmelinizante del sistema nervioso central multifocal, que lo aqueja desde hace 11 años y lo mantiene en condición de postrado. En ese tiempo, ella y su familia vivían en la Villa Fresia Alessandri, presentándose a medida que avanzaba la enfermedad de su hijo, múltiples inconvenientes, como por ejemplo la imposibilidad de ingresar una camilla a su domicilio en caso de una emergencia o para trasladarlo a sus terapias. En esos años, una persona de un voluntariado les obsequió una nueva puerta de acceso para una Navidad.
Hoy la vivienda que habita junto a su hijo de 31 años, posee una entrada en la parte posterior por donde ingresa una camilla y la amplitud del dormitorio le permite girarla para realizar todos los cuidados requeridos. Junto con manifestar que se siente agradecida por todas las consideraciones durante el diseño y construcción del proyecto, Carolina Quintul hace un llamado a tener presente que la discapacidad se puede presentar en cualquier momento de la vida y puede afectar a cualquier integrante de una familia, por lo que es necesario que la accesibilidad universal sea considerada en el diseño de todas las viviendas.