Ese fue el lema de campaña, del primer presidente socialista que llegaba a La Moneda, después de Salvador Allende. Corría el año 1999, cuando debía decidirse la sucesión del presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, los años en que la Concertación de Partidos por la Democracia, era una potente fuerza política y social en Chile. Recuerdo que se organizaron unas primarias abiertas y vinculantes, para decidir entre dos candidatos, Andrés Zaldívar y Ricardo Lagos. Fue un procedimiento muy innovador, para la época. A Andrés Zaldívar lo apoyaba la Democracia Cristiana y a Ricardo Lagos, lo apoyaba el Partido Socialista, el PPD, el Partido Radical y el Partido Liberal. Las votaciones se efectuaron en todo el país, el 30 de mayo de 1999. Ricardo Lagos, venció con un 71 % de los votos, ganando en todas las regiones del país. Para el anecdotario quedará registrado, que el porcentaje más alto de votación lo obtuvo en Magallanes, bordeando el 80% de los votos.
Los tiempos que se vivían no eran buenos en lo económico. Los efectos de la denominada “crisis asiática”, afectaba fuertemente las exportaciones de Chile, puntal del crecimiento nacional. Los últimos años del gobierno de Frei, había iniciado una baja en el crecimiento, y el año 1999, el desempleo se alzaba por el 14%.
En la primera vuelta presidencial, se presentaron 6 candidatos, que obtuvieron los siguientes resultados:
Ricardo Lagos, candidato de la Concertación de partidos por la democracia:
3,383,339 votos, con un 47,95%
Joaquín Lavín, candidato de la Alianza por Chile, 3,352,199 votos, con un 47.51 %
Gladys Marín Millie – PCCh, 225,224 votos, con un 3.19 %
Tomás Hirsch Goldschmidt – Alianza Humanista Verde, 36,235 votos, con un 0.51 %
Sara Larraín Ruiz-Tagle – Independiente, 31,319 votos, con un 0.44 %
Arturo Frei Bolívar – Independiente Unión de Centro Centro, 26,812 votos, con un 0.38 %
A la segunda vuelta presidencial, pasaron Lagos y Lavín, obteniendo:
Ricardo Lagos, 3,683,158 votos con un 51.31 %
Joaquín Lavín, 3,495,569 votos con un 48.69 %
El gobierno de Ricardo Lagos, tuvo grandes realizaciones, reconocidas transversalmente, y otras, que son motivo de disputa hasta el día de hoy. Dentro de las realizaciones, está la reforma procesal penal, la creación del seguro de cesantía, la creación del Plan Auge (plan general de garantías explícitas de salud), la entrega del informe Valech, y la compensación a 30 mil personas, víctimas de la tortura. Autor de la primera gran reforma a la constitución de 1980, y de un plan de financiamiento universitario con aval del estado, que permitió triplicar el acceso de estudiantes a las universidades. Esta materia, ha sido cuestionada por el movimiento estudiantil, por basarse en otro mecanismo de financiamiento con deuda. Durante el mandato del presidente Lagos, se implementó un audaz sistema de concesiones, para obras de mayores de infraestructura, que ha permitido construir autopistas de doble calzada, entre Santiago y Puerto Montt y desde Santiago a La Serena. Puertos, puentes, túneles, cárceles y hospitales. Generando un patrimonio en obras de propiedad del estado, que supera los 50 mil millones de dólares. Este sistema, aplaudido por el empresariado, por los inversores y los economistas, no es mirado del mismo modo desde la izquierda política, que ve en el sistema de concesiones, una especie de privatización encubierta.
Lo cierto es, que el gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar, permitió superar la barrera mental, de que un socialista pudiera regresar a La Moneda por el voto popular. Demostró que en el mundo de la centro izquierda, el crecimiento económico es considerado imprescindible para lograr avances en materia social. Crecer con Igualdad fue un slogan de campaña, que nos identificó a una generación completa que trabajó por el triunfo del presidente Lagos. Es cierto que quedaron muchos temas pendientes, la reforma del estado, la transparencia en el gasto electoral, y la relación dinero y política. Muchos de esos temas, aún esperan solución. Pero, la puerta que abrió el presidente Lagos cuando ingresó a La Moneda, en el inicio del siglo XXI, nunca mas se volvió a cerrar. Por ella luego ingresó la primera mujer presidenta de la República.
La consolidación de la democracia no hubiese sido tal, si no se hubiera dado nunca la alternancia en el poder. Y para los demócratas de izquierda, el haber sido derrotados dos veces en elecciones presidenciales, si bien es un trago amargo, es consecuencia directa de lo que hicimos, de por que luchamos. La consolidación de la democracia, el término de la eterna transición a la democracia, será con un plebiscito, tal como se inició todo en el año 1988. También en eso, don Ricardo Lagos Escobar, jugó un rol trascendental. Y cómo olvidar, la actitud digna y orgullosa que asumió como jefe de estado, cuando negó a George Bush el voto de Chile en el consejo de seguridad de la ONU, para aprobar la invasión a Irak.
En tiempos como el que vivimos, cuando en Chile, parecemos entregados al azar, y la falta de conducción política, la falta de liderazgo, nos tiene escuchando una cacofonía de discursos, donde nadie escucha a los demás, yo reivindico el ejemplo de un presidente que abrió camino, y dejó huella en nuestra historia republicana. Don Ricardo Lagos Escobar, presidente de Chile de 2000 a 2006.
Ernesto Sepúlveda Tornero