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PREPARAR LAS HERRAMIENTAS por ERNESTO SEPULVEDA

La vorágine en que hemos estado inmersos en Chile, parece no tener fin, y un sentimiento de desanimo ronda en las filas de los emprendedores y de sus trabajadores. Pareciera que el mes de octubre, del llamado “estallido social”, duró hasta el mes de febrero. Sólo concluyó cuando hizo su aparición la pandemia del siglo, el Coronavirus con el primer caso identificado en el mes de marzo. Desde allí hasta acá, parece que marzo aún no concluye. Más si le agregamos el año escolar que no alcanzó a durar ni dos semanas, por la suspensión total de clases presenciales. Si a alguien le cabía alguna duda de que este año no iba a ser normal, ahí está el estado de excepción constitucional de catástrofe, decretado para todo el país. También toque de queda entre las 22,00 horas y las 5,00 AM. Como no sucedió nunca antes en Chile, se tuvo que disponer cuarentenas, en distintas zonas del país. La idea es que las personas permanecieran en casa, para evitar los contagios. Las empresas de menor tamaño, el pequeño comercio, que ya venía resentido desde octubre de 2019, con la prohibición de salir a las calles, recibió la última paletada de tierra.

Como hemos referido en otras columnas, los esfuerzos legislativos del gobierno, modificados y aumentados en el parlamento, para ir en ayuda de los sectores económicos más golpeados, aún son insuficientes. Y pareciera ser que vale la pena guardar algunos recursos fiscales, para los meses venideros.

Los países desarrollados, paulatinamente inician el retorno a actividades, guardando todas las medidas de prevención. Vemos en Alemania, con la friolera de cinco mil personas fallecidas, se retoman las actividades económicas y productivas. Lo mismo ya ha ocurrido en China, gracias a lo cual, han empezado a llegar a distintos países incluido Chile, los ventiladores mecánicos, robots para exámenes PCR, e insumos sanitarios.

Los trabajadores asalariados de todo Chile están sintiendo el temor al despido, temor al cierre de sus lugares de trabajo. Otros subsisten con dificultad con el subsidio de cesantía, en los casos en que sus empleadores se acogieron a la suspensión del contrato de trabajo.  Pero estos tiempos tan duros, también traen oportunidades. Es un hecho que los cambios que estamos viviendo, en la forma como estudiamos, a través de plataformas on line. O el sinnúmero de actividades que ahora pueden hacerse desde el propio hogar del trabajador. Constituyen cambios que llegaron para quedarse. Las oportunidades de empleo, que la economía va a proveer cuando retome su marcha, va a estar marcada por los empleos relacionados con la tecnología de las comunicaciones. Tareas relacionadas con la robótica y la inteligencia artificial. Trabajos relacionados con el diseño y programación de nuevas herramientas tecnológicas.

Estas materias, que parecen estar escritas en chino mandarín, son una realidad para miles de hombres y mujeres chilenos. Al alcance de cualquiera, sólo se necesita ganas de aprender, curiosidad, y perderle el temor al cambio.

Por sugerencia de un profesor de la Universidad de Magallanes, la semana pasada vimos en su curso, un video del programa “Sin corbata”. Se hablaba de la necesidad de que los trabajadores continúen a través de toda su vida laboral, capacitándose, adquiriendo nuevas competencias.  Junto al invitado oficial, subsecretario del Trabajo, estaban representantes de Startups chilenas, o con presencia en Chile. Una de ellas fue “Laboratoria”, Startup de educación, entidad que funciona desde 2013, y según informa en su página web, tiene presencia en México, Colombia, Perú, Brasil y Chile. Ellos tienen un programa dirigido a las mujeres, que no han recibido educación superior, con problemas para conseguir empleo. Cuentan ya, con 1.500 mujeres egresadas de su programa de formación en desarrollo web y programación. El programa es sin costo, dura 6 meses, y concluye con una vinculación con empresas. Se indica que el 80% se inserta laboralmente en el área de informática o desarrollo de empresas. Estas empresas optan por contratar a mujeres, por su mentalidad de superación y sus habilidades.

Otra entidad que conocimos allí, fue “Social Lab”, está definida como una “red de solucionadores de problemas”. Su página web refiere, que reúne a más de 600 mil creativos de 96 países del mundo. En 6 años han efectuado más de 100 convocatorias, con participación de 51 organizaciones que generan innovación social. Lo particular en este caso, es que definen como su motivación la “Economía del amor”. Buscan mejorar la vida de las personas, a través del impulso de “negocios sociales”, que brinden oportunidades a las personas, y no sean limitadas por su entorno. Tienen presencia en Chile, Argentina, Colombia, México, Uruguay y Guatemala.

También estuvo la “Fundación Caleiseis”, que busca mejorar la empleabilidad de personas que no tuvieron acceso a educación superior. Se proporciona formación y conocimientos en el área de inteligencia artificial. Esta entidad, aplica un sistema de aprendizaje “basado en proyectos”. No se entrega una capacitación lineal, sino que los propios alumnos, van adquiriendo habilidades, a medida que desarrollan un proyecto concreto. Con la guía y orientación de monitores. El programa dura 5 meses, es sin costo. Establece una edad mínima para postular de 20 años, pero no fija un límite de edad. Esta entidad es patrocinada por empresas que requieren contar con mano de obra calificada, por lo que también acá se asegura una alta probabilidad de contratación laboral.

Qué está haciendo el estado sobre esta materia, aún está en curso la modernización del sistema de capacitación SENCE. Por ahora se ha introducido modificaciones tales como, eliminar la edad tope para postular. Asimismo, se va a incorporar una obligación adicional, a los organismos técnicos ejecutores. Incluyendo acciones tendientes a lograr la empleabilidad de los capacitados. Aunque sigue pendiente, la definición de baterías de curso, con pertinencia económica y social, de los territorios. Una mayor profundidad de las capacitaciones, y con vinculación directa con los sectores productivos.

Volver a estudiar, es un desafío para cualquier trabajador, pero no hay alternativa. Con una vida estimada en 105 a 110 años por las AFP, y con pensiones miserables, no podemos darnos el lujo de quedarnos sin hacer nada. Es imprescindible para que la nueva economía sea incluyente, contar con la conexión y servicio de internet como un servicio básico. Todo hogar en Chile debe contar con una conexión a bajo costo, y en los casos de quintiles mas vulnerables con subsidio estatal para costear su consumo. Las plataformas tecnológicas “Corren virtualmente” por la super carretera de fibra óptica. Todas las oportunidades de trabajo, que se abren gracias a la tecnología, ampliarán el universo de trabajadores. Para mujeres jefas de hogar, en jornadas parciales de teletrabajo. O para adultos mayores que quieran prestar un servicio remunerado desde sus hogares. O para personas con capacidades diferentes, que también pueden destinar parte de su tiempo para una actividad remunerada.

Vivimos tiempos convulsos, desafiantes, pero están dadas las condiciones para que quienes pierdan el miedo a los cambios, encuentren nuevas oportunidades de desarrollo personal y familiar.

Ernesto Sepúlveda Tornero